En defensa del neoliberalismo

 

2005 en perspectiva

 

Ben Shapiro
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A fines del 2004 quedaban grandes dudas sobre la posibilidad de la democracia en Irak. No había habido ninguna elección, no se había ratificado ninguna constitución. Pero en enero del 2005, los iraquíes acudieron masivamente a las urnas para asombro de los observadores que creían que la amenaza de violencia los alejaría de las elecciones. Con todo, los críticos señalaron que los sunitas no habían participado. Este 15 de diciembre, hasta esta ausencia fue superada  Y en octubre, el pueblo iraquí había ratificado su constitución.

 

Queda mucho trabajo por hacer pero hay luz al final del túnel. Es por eso que la administración de Bush, que se ha mantenido firme en su rechazo a plazos fijos para la retirada de tropas, ahora está hablando de disminuir su número. EEUU y sus aliados han transformado Irak de una dictadura que financiaba el terrorismo y amenazaba a sus vecinos en un laboratorio de la democracia en el Medio Oriente. Y el 2005 fue el año del viraje.

 

A fines del 2004, nuestra economía estaba creciendo consistentemente. El índice de desempleo había bajado durante el año pero muchos cuestionaban si los niveles de empleo iban a aumentar. El New York Times criticaba “la débil creación de empleo” vinculándola a la rebaja de impuestos de Bush. Pero en octubre del 2005, el índice de desempleo estaba por debajo del 5 por ciento por primera vez desde agosto del 2001, y ahora está al 5 por ciento.

 

En los pasados dos años y cuatro meses, la economía ha creado 4.2 millones de nuevos empleos. La productividad del trabajo ha seguido creciendo este año, como ha estado subiendo cada trimestre desde el primer trimestre del 2001; actualmente el índice de productividad está creciendo a un ritmo más rápido que en los últimos 40 años. En el tercer trimestre del 2005, el producto nacional bruto creció a una tasa anual de 4.1 por ciento, un sólido indicador de fortaleza económica. Desde el 2002, la economía ha creado 2.3 millones de nuevos propietarios de casa provenientes de minorías. Y las Navidades han sido sumamente exitosas, con las ventas al detalle superando en 8.7 por ciento las del año pasado. Todo esto pese a los efectos económicos de la guerra contra el terrorismo y los costos de un enorme huracán que devastó una importante zona de la costa del Golfo. Pero nuestra economía sigue vigorosa y creciente.

A fines del 2004, los americanos votaron y decidieron quien los protegería mejor en la guerra contra el terrorismo. El presidente Bush ganó. Hasta ahora, todo ha marchado bien. Desde el 9/11, la policía ha aniquilado células terroristas en Nueva York, Oregon, California, Florida, Texas, Nueva Jersey, Illinois, Carolina del Norte y Ohio, gracias a instrumentos como la Ley Patriota. Se le ha sacado información a los terrorista capturados, información que ha sido sumamente útil, como en el caso de Khalid Sheik Muhammad, un alto funcionario de Al; Qaida.

 

Sin embargo, pese a todas las buenas noticias los americanos se muestran pesimistas. Recientes encuestas muestran un creciente apoyo al presidente Bush pero ese apoyo se mantiene por debajo del 50 por ciento. Aunque la economía sigue mejorando, sólo 38 por ciento de los americanos aprueban la forma en que el presidente Bush maneja la economía, según CBS News. Los americanos también muestran bajo nivel de apoyo a la política exterior de Bush, al 36 por ciento, a su liderazgo en la guerra contra el terrorismo, 48 por ciento, y a su  política iraquí, 36 por ciento.

 

¿Por qué están tan pesimistas los americanos? Ciertamente, que la concentración de la gran prensa en historias negativas ha jugado un papel importante Pero a fines del 2005, detengámonos un momento para reflexionar que, pese a las tragedias del 2005, estamos mejor que hace uno o dos años, o en cualquier momento desde los ataques del 9/11. Estamos avanzando por la dirección correcta. Y el 2006 va a ser todavía mejor.