Bárbaros a las puertas

 

La ola de barbarie que está devastando Francia es el producto de la miopía de las elites francesas. No es un fenómeno nuevo. Tras la guerra de Yom Kippur y el bloqueo petrolero árabe de 1973, la entonces Comunidad Europea creó una estructura de Cooperación y Diálogo con la Liga Arabe. El Diálogo Arabe-Europeo (DAE) empezó como una iniciativa francesa compuesta por representantes de la CE y los países de la Liga Arabe. La Comunidad Europea acordó apoyar la política árabe antiisraelí a cambio de amplios acuerdos comerciales.

El DEA operaba al más alto nivel político, con los ministros de relaciones exteriores de ambas partes, y los presidentes de la CE --posteriormente la Unión Europea-- con el secretario general de la Liga Arabe. El organismo central del Diálogo era la Comisión General. Esta estructura se convirtió en el canal para la masiva inmigración árabe a Europa. Los árabes --antimodernos, antiisraelíes y, por consiguiente, antiamericanos-- vinieron a reforzar el antiamericanismo de la izquierda francesa.

Unicamente esta alianza puede explicar el incondicional apoyo europeo al movimiento terrorista de Yaser Arafat y su feroz hostilidad contra Israel. A través del sistema del DAE, se planificó una política de deslegitimación de Israel tanto a los niveles nacionales e internacionales de la Comunidad Europa. La DEA fue el vocero que difundió y popularizó en Europa la difamación de Israel. Francia, Bélgica y Luxemburgo fueron los agentes más activos de la DAE.

La interpenetración de las políticas europeas y árabes determinó la implacable política antiisraelí de Europa, y su creciente antiamericanismo. La Liga Arabe manipuló la codicia económica europea en una estrategia a largo plazo que tenía como objetivo separar a Europa de Estados Unidos. La ascendencia económica árabe sobre la Comunidad europea ha influido decisivamente sobre la política de esta última hacia Israel.

La infraestructura cultural del DAE permitió que el tradicional bagaje cultural de las sociedades árabes, con sus prejuicios anticristianos y antisemitas y su hostilidad contra Occidente en general y contra Israel en particular, fuera importado en Europa, donde fue recibido con los brazos abiertos por la izquierda francesa y europea.

Los instrumentos creados por la DAE llevaron a la Comunidad Europea (posteriormente la Unión Europea) a tolerar el terrorismo palestino en su propio territorio, a justificarlo, y finalmente a financiar una infraestructura palestina --que luego se convertiría en la Autoridad Palestina-- y un sistema educacional que promovía el odio religioso y étnico. A todo esto hay que agregarle que las políticas socialistas europeas, con su entronización de estados de bienestar social, han paralizado el crecimiento económico en gran parte del continente. Sociedades económicamente estancadas se ven incapaces de asimilar a masas de inmigrantes profundamente ajenos a su cultura. Los arrogantes europeos critican el ''capitalismo salvaje'' de Estados Unidos, pero el competitivo capitalismo americano tiene tasas de crecimiento que superan los más audaces sueños de los europeos occidentales. Es precisamente este crecimiento el que nos ha permitido asimilar cifras enormes de inmigrantes. Desde los años 70, EEUU ha creado 57 millones de nuevos empleos en comparación con 4 millones en Europa (donde la mayoría es en el gobierno). Por otra parte, una política económica socialista ha provocado que alrededor de 400,000 graduados en ciencias de la Unión Europea se hayan marchado a EEUU. Apenas uno de cada siete piensa regresar.

En EEUU, los inmigrantes vienen para convertirse en norteamericanos. Esta es la concepción del melting pot, ahora bajo ataque de la izquierda americana. En efecto, una de las últimas modas de la ideología de la izquierda, que detesta el capitalismo y por consiguiente la sociedad americana, es rechazar nuestra cultura, occidental y de raíces judeocristianas. De aquí el multiculturalismo: que todos los extranjeros se mantengan como extranjeros, fieles a ''sus raíces''. Con esto se pretende liquidar el exitoso experimento de integración de Estados Unidos y convertirnos en una confederación de tribus: una trágica balcanización convertida en un objetivo social deseable.

¿De qué le sirvió a los franceses oponerse al derrocamiento de Saddam Hussein y comportarse como su principal aliado? ¿Qué les ha reportado oponerse a la lucha de EEUU contra el islamofascismo? La revuelta de los jóvenes musulmanes tiene profundas raíces en el estancamiento económico de Francia, pero está siendo obviamente manipulada por los jihadistas. Ahora, cualquier apaciguamiento de estos sectores sería un verdadero suicidio nacional.

                                                                              www.neoliberalismo.com