En defensa del neoliberalismo
 
 

                                                         ¿Qué hacer?   
 

 

Ann Coulter

Todo asesinato masivo produce un ansia de "hacer algo" que pueda prevenir otros incidente similar.  Pero desde que Adán probó la manzana y el Mal entró en el mundo, siempre han existido criminales.

Generalmente, sólo se les encierra cuando ya es demasiado tarde.  No es illegal estar loco y, en algunos círculos, puede ser una verdadera ventaja si uno aspira a un cargo público.

No ser sociable, ser un solitario, no es contrario a la ley. Si lo fuera,  Ralph Nader <http://www.wnd.com/news/> estaría tras las rajas, que es donde debería de estar. Frecuentemente, un asesinato masivo es el primer delito serio que algunos desequilibrados cometen, como parece ser el caso del monstruo de Virginia Tech.

Lo único que podemos hacer es promulgar políticas que reduzcan el número de víctimas cuando estas masacres se produzcan, como necesariamente volverán a ocurrir en una sociedad libre y abierta de 300 millones de personas, la mayoría de las cuales tienen TV por cable.
Sólo una política ha mostrado ser un disuasivo de los asesinatos masivos: la leyes que permiten portar armas de fuego. En un vasto estudio sobre todos los diversos tiroteos en Estados Unidos entre 1977 y 1999, los inestimables economistas John Lott y Bill Landes encontraron que esas leyes eran las únicas que habían tenido algún efecto beneficioso.

Y el efecto no era insignificante. Los estados que le permitían a sus ciudadanos portar armas de fuego (ocultas) redujeron los tiroteos múltiples en  60 por ciento y las muertes y lesiones producto de estos ataques en casi  80 por ciento.

Aparentemente, hasta los locos prefieren objetivos que no puedan devolver el fuego.  La razón por los que las escuelas son objetivos populares para esos asesinatos es, precisamente, por todas las estúpidas leyes de "Zona Escolar Libre de Armas."

No se trata de ninguna angustia de adolescentes. Muchos tiroteos en escuelas han sido cometidos por adultos que no tenían ninguna razón para estar en una escuela, como Laurie Dann, que tiroteó la Hubbard Woods Elementary School en Winnetka, Ill., en 1988; Patrick Purdy, que abrió fuego sobre niños en la  Cleveland Elementary School en Stockton, Calif., en 1989; y Charles Carl Roberts, que asesinó cinco niñitas en una escuela  Amish en Lancaster County, Pa., el año pasado.
Y, entre paréntesis, otra gran "Zona Libre de Armas" son las oficinas de correos.

Pero inmediatamente después de la masacre de Virginia Tech <http://www.wnd.com/news/>, ya la prensa estaba promoviendo el control de las armas y denunciando preventivamente a los derechistas que señalaban que el control de las armas ayudaba y no detenía a los asesinos. Los liberales pueden cabildear por el control de las armas pero no pueden polemizar públicamente. No tienen argumentos.

Innecesario decir que Virginia Tech es una Zona Libre de Armas, por lo menos hasta el pasado lunes. Virginia Tech inclusive  le prohíbe a los estudiantes y profesores con licencia para portar armas que las tengan en los terrenos universitarios.  El año pasado,  la escuela sancionó a un estudiante  por tener una pistola en la Universidad, pese a que tenía licencia. Si alguien como ese hubiera estado en Norris Hall el lunes, esta masacre hubiera podido terminar  mucho antes.

Pero el pasado enero, la legislatura de  Virginia echo abajo un proyecto de ley que hubiera impedido que universidades como Virginia Tech fueran un santuario para los asesinos mientras desarmaban a los estudiantes y profesores que tenían licencias válidas en el resto del estado.

El portavoz de Virginia Tech  Larry Hincker elogió a la legislatura por permitir que la escuela desarmara a los profesores y alumnos respetuosos de la ley, entregando así a todas las universidades en manos de asesinos dementes. Lo hizo diciendo: "Estoy seguro de que la comunidad universitaria aprecia las acciones de la Asamblea General por que esto ayudará a que los padres, estudiantes, profesores y visitantes se sientan seguros en la Universidad."

Algunos no estuvieron de acuerdo. Jonathan McGlumphy, un estudiante graduado, escribió el año pasado sobre otro asesino que había estado andando por  la Universidad:  "¿Acaso no es obvio que los estudiantes y los profesores se hubieran sentido más seguros si se le hubiera permitido portar sus armas a las personas que tenían licencia?  Si no era obvia entonces, lo es ahora.
 


Tomado de WorldNet
Traducido por AR