En defensa del neoliberalismo

Venezuela: Del diálogo y algo más

Ya se dio el diálogo entre un sector de la oposición y el Gobierno venezolano. Hay que aclarar que no quienes participaron no significan la representación de la oposición, sino una facción de la MUD (Mesa de la Unidad Democrática), pues no todos los integrantes de la MUD forman parte de esa avanzada para el dialogo o debate.
Ese primer encuentro tuvo algo positivo, pues se pudo dar a conocer  el mensaje que el gobierno hace mucho tiempo había evitado. Además se pudo emplazar públicamente al gobierno y responsabilízalo de todos los males que golpean a Venezuela, con verdades que no pudieron refutar.

La oposición dio mejor imagen. Si el debate hubiese sido evaluado como los debates presidenciales, la oposición hubiese resultado ganadora. Los partidarios del régimen venezolano se quedaron en la retórica y el discurso. Se logró algo muy importante, llevar al régimen al debate y a escuchar argumentos. Cosa, que de acuerdo a los principios comunistas, el poder no está obligado a aceptar argumentos.  Su verdad es única y todo el mundo tiene que someterse a ella.

Sin embargo, se notó una estrategia por parte del régimen de Maduro, protagonizada por Jorge Alberto Arreaza Monserrat, conminar a cada dirigente opositor que hace un planteamiento, que se incorpore a una Comisión. En política, lo que no se quiere resolver, o dilatar su procedimiento, se lleva a una comisión.

Y hablando de Arreaza, quien fungió como moderador, algo que no debió suceder, ya que él representa a unos de los grupos contendores. La moderación debió estar dirigida por uno de los representantes extranjeros. Eso hubiese dado un mejor indicio de imparcialidad. En la reunión Arreaza se pasó todo el tiempo interfiriendo y opinando en cada intervención de alguien del grupo opositor.

Ya la avanzada opositora de negociación cumplió su objetivo. Y se puso de manifiesto que el régimen no va a ceder en nada. Eso justifica que la rebeldía nacional debe intensificarse, como única opción para llegar a las negociaciones.

Y así parece estar sucediendo, ya que las protestas tuvieron un buen desempeño en este fin de semana y también la represión, pero la represión es un buen carburante para mantener la energía de las protestas. La dinámica de las protesta está asegurada porque todas sus motivaciones están presentes y se acentúan cada día.

Muchos se desgastan defendiendo una estrategia y cuestionado otras. No comprenden que la suma de estrategias, con igual propósito es como abrir varios frentes de combate al mismo tiempo. En la intención de paralizar al régimen, todo vale, incluso  sus propias movilizaciones. Las marchas pacíficas también paralizan las vías y son barricadas naturales,  más difíciles de quitar.

En la medida que la represión aumenta, debe hacerse mayor la ingobernabilidad democrática, con el fin de saturar la represión, por eso hasta los detenidos son útiles en estos momentos: obligan a una atención adicional y desmoralizan al régimen.

A cierre no sabemos del papel que están jugando los representantes internacionales. No decimos mediadores, ya que no se les ha visto pronunciarse, pero ya ellos no tienen mayor importancia, lo que importa es el “guarimbazo” nacional para presionar la negociación o la intervención de las propias fuerzas del régimen para destituir a Nicolás Maduro.

La idea propuesta por el ex presidente de Brasil, Lula da Silva, de formar un gobierno de coalición es de la estrategia Arreaza, proponía incorporarse a una comisión del gobierno, a quienes  cuestionaban al régimen en la reunión del dialogo, como ya señalamos anteriormente.

Todo el desastre del gobierno, quieren resolverlo haciendo a la oposición parte del problema. A Venezuela la única opción que le queda es ir por el todo, fuera ese sistema social y volver a la libertad política, económica y social.