En defensa del neoliberalismo

El error # 132
Lic. Melo Dionisio Alvarez Rodríguez
melodr201051@gmail.com

A pesar de que el movimiento autodenominado “Yo soy el #132” dice ser espontáneo, nadie se traga el cuento; pero y a pesar  de estar asesorado por los mejores estrategas de la izquierda latinoamericana, su error 132 fue enfrentarse a los medios y ponerlos como parte de sus enemigos ideológicos.

Los medios son considerados como el cuarto poder, y la izquierda siempre tiene como propósito controlarlos y manipularlos cuando se está en oposición. Ahora, cuando llega al poder es otra cosa, ya las medidas a tomar están diseñadas: se expropian unos, se sustituyen otros por medios oficiales y se censuran aquellos que no se someten hasta lograr su autocensura.

El poder de los medios es incalculable. Estados Unidos, el país más poderoso del mundo, está secuestrado por la prensa liberal norteamericana. Y va en camino de radicalizarse más con la entrada en el mercado de cadenas en español, que van a incorporar su línea editorial a consumidores de habla inglesa, pero de procedencia hispana.

Los directivos del movimiento “Yo soy el #132 pensaron que por medio de la Internet podrían controlar la opinión pública y amedrentar las grandes cadenas como Televisa. La estrategia era neutralizar la campaña de Enrique Peña Nieto. De todos es conocido que Peña Nieto tiene un gran respaldo de los medios y por esta vía querían sacarlo del paso.

Luego del debate del pasado día 19 se dieron cuenta que no eran tan influyentes y el movimiento “Yo soy el #132 comenzó a desmoronarse y hoy ya no son 132. Sin embargo,  este movimiento pro López Obrador, que de forma encubierta lo intentaba espaldar
al denunciarse la farsa de “yo soy 132”, la injerencia extranjera y recordarle a la gente quien es López Obrador, por supuesto que contribuyó a reducir el riesgo de que el candidato izquierdista siguiera creciendo en las preferencias electorales.


No es menos cierto que es de una prioridad extraordinaria para la izquierda internacional enrolar a México dentro de un esquema izquierdista, como parte del proceso latinoamericano, que por cierto recibió un gran revés con la destitución de Lugo en Paraguay. Pero bueno, de todos modos se hizo la lucha y
los gobiernos de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Argentina, además de terroristas en receso como los del MIR de Chile (así como el ex candidato presidencial izquierdista del mismo país), Montoneros y terroristas en activo, como son los de las FARC formaron todo un aquelarre, que desde mediados de mayo y hasta mediados de junio existió un fuerte temor de que otra vez tuvieran amplias posibilidades de ganar como en 2006, pero ese temor se ha ido disipando. Sería casi insólito que con 14 puntos porcentuales en las preferencias López le ganara a Peña.

De cualquier modo algo hay que hacer para que cada 6 años no se esté con el Jesús en la boca, y la izquierda amenazando con tomar el poder. A los izquierdistas no se les puede subestimar y hay que infligirles una derrota histórica, estratégica, que los regrese a las pequeñas sectas que eran hasta 1988. Pero siempre teniendo en cuenta que no solo es peligroso el izquierdismo doméstico, sino el internacional, incluyendo el de Estados Unidos, que intenta implosionar al sistema capitalista y México sería su mejor aliado para este proceso. Hoy demos gracias a los errores 132 y otros, pero no nos podemos confiar,  hay que seguir trabajando por un sistema capitalista integral y con una visión social diferente.