Holocausto y
antisemitismo
Jaime S. Dromi
Conmemorando el Día del
Holocausto recuerdo las palabras de Sebastián Villar Rodríguez que,
mientras caminaba por las bellas calles de Barcelona, se dio
repentina cuenta que Europa murió en Aushwitz. Que Europa mató seis
millones de judíos y recibió a cambio cincuenta millones de
musulmanes. Que en Aushwitz quemaron la cultura, el pensamiento, el
talento y la creación, a un pueblo del que emanaron grandes
personajes que cambiaron al mundo de la ciencia, el arte, el
entendimiento, pero más especialmente el espíritu humano, y ahora,
creyendo que se curaron del racismo, abrieron las puertas a la
necedad y la idiotez, al extremismo religioso y la ! falta d e
tolerancia, a la violencia y a la pobreza, debido a la falta de
voluntad de trabajar y a la dejadez; a personas que recibieron casas
gratis y ahí quedaron, transformando las bellas ciudades españolas
en pueblos del tercer mundo, hundidos en el crimen y la suciedad. Lo
mismo pasó en Londres, Marsella, París y Oslo, entre otras tantas.
Mientras que los medios publicitarios occidentales participan de la
orgía sangrienta mostrando los restos de 1,500 cuerpos de mujeres y
niños en Gaza, leemos los detalles dados por los médicos del
Hospital Shifa en Gaza, al Corriere de la Sera italiano de que sólo
hubo entre 500 y 600 muertos, la mayoría de ellos militantes del
Hamás. Debemos recordar a estos extremistas denunciando ''la masacre
de Jenin donde los judíos mataron a 500 mujeres y niños'' y luego la
ONU declaró que hubo 52 muertos en total, de los cuales 33 eran
militantes y 19 residentes (mujeres y niños) retenidos por Hamás
como escudos humanos.
Las fantasías escritas por la máquina mediática terrorista
islamofascista no corresponden a la realidad. La pobreza, suciedad y
crimen en las calles de Gaza no son producto de la guerra de estas
tres semanas por la que el mundo culpa a Israel, que aguantó años de
bombardeos diarios desde Gaza hacia sus poblados y ciudades cercanas.
Más bien la terrible situación de Gaza es culpa del Fatah y del
Hamás, que distribuyeron los miles de millones de dólares recibidos
entre sus corruptos líderes y el contrabando de armas y no para
mejorar al pueblo.
Es una pena que el mundo no pueda ser testigo de lo que está
transformándose Israel:en medio del desierto se convierte en un
oasis de desarrollo, tanto industrial como científico, centro de
altos estudios, invenciones, progreso social y estabilidad política
y espiritual. Se nota en todas partes un renacimiento absoluto de la
fortaleza anímica debido al asedio del neoantisemitismo, la
judeofobia, el odio al judío debido a la continua propaganda
fomentada con los inagotables petrodólares. Finalmente los judíos
dejaron de preocuparse por el qué dirán, total la gente que más
grita ahora en contra de ellos son los que se mantuvieron
silenciosos durante los asesinatos de Camboya, Biafra, Sudán, Siria,
Jordania y tantos más.
Ya no sólo Israel, sino que esta vez Egipto declaró que considera al
movimiento fundamentalista islámico Hamás como un enemigo y una
amenaza para su régimen, y que ahora está más dispuesto que nunca a
continuar la lucha contra el contrabando de armas hacia la Franja de
Gaza. El Hamás es un brazo de la Hermandad Musulmana, un partido
extremista por ya muchos años ilegal en Egipto.
Debo repetir las palabras del licenciado George Karim Chaya,
cristiano libanés, analista político, profesor y escritor:
''El liderazgo palestino se ha convertido en el peor enemigo de su
pueblo, ha desaprovechado oportunidades históricas inmejorables, no
ha sido realista, ni siquiera pragmático y en los últimos años se ha
debatido entre el terror de Hamás y la corrupción del Fatah''.
El pobre Jimmy Carter, en sus años de ''gaga'' declaró hace unos
días que el ''Hamás es de confiar''. Sí, es verdad, Israel y toda
persona decente confía en que Hamás desea a todo costo la
destrucción de Israel, durante años no construyeron nada, su único
objetivo es destruir.
Mientras no cambien sus bases fundamentales no hay qué discutir o
tratar con Hamás, que en su art.11 pone: ``Ni un solo país árabe ni
todos los países árabes, ni ningún rey o presidente, ni todos los
reyes y presidentes, ni ninguna organización ni todas ellas, sean
palestinas o árabes, tienen derecho a hacer o firmar cualquier
tratado o contrato o procedimiento, nacional o internacional, que
contradiga la sharía islámica; es nulo y sin valor, ya que toda la
Palestina es del Waqf y quedará islámica hasta el Día del Juicio''.
Quiera el Señor Todopoderoso tener piedad de los palestinos para
hacerles comprender que no tienen peores enemigos que sus propios
líderes y anulen el islamofascismo terrorista del Hamás y busquen la
paz. ¡Amén!
Febrero,
2009 |
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