En defensa del neoliberalismo

Jeb Bush explica cómo los republicanos pueden atraer el voto hispano

Mary Anastasia O'Grady
Coral Gables, Florida

Si los republicanos tuvieran que publicar un aviso clasificado para encontrar un candidato para las elecciones presidenciales de 2012, podría decir algo así: Partido Republicano busca un ex gobernador popular durante dos períodos de un estado grande para un puesto ejecutivo. Los interesados tienen que tener una comprensión demostrable de las relaciones entre impuestos y crecimiento, un trayectoria comprobada en defensa de la libre elección educativa y capacidad para atraer a los electores hispanos. Un compromiso con los derechos de los estados y con la constitución de Estados Unidos es imprescindible.

El candidato está en alguna parte. Pero Jeb Bush, gobernador de Florida entre 1999 y 2007, insiste en que no se está postulando. De todos modos, sus ideas y su estilo han llamado la atención del país, así que tomé un vuelo desde Nueva York al sur de Florida para hablar con él.

Cuando nos sentamos en su oficina, el alto tejano sacó a colación el acuerdo de libre comercio entre Estados Unidos y Colombia, que aún no se ha ratificado y que estado en las noticias recientemente. La congelación del pacto ha generado la incertidumbre que ha caracterizado a la política económica del presidente Barack Obama, dice. Además, Colombia es un aliado de Estados Unidos. "Recibimos todos los beneficios que vienen con un amigo y así es como los tratamos. Es simplemente asombroso", dice, sacudiendo la cabeza.

La esposa de Bush nació en México, él habla español con fluidez y vive en un estado donde hay una gran población hispana, por lo que tiene un gran interés en la región. También ha tenido un éxito inusual al obtener el apoyo político de los estadounidenses que hablan español, así que le pregunto que consejos tiene para un partido que tiene que recorrer un largo camino para ganar el voto de los inmigrantes.

Su respuesta viene sin esfuerzo. Los hispanos no son monolíticos, dice, pero todos los inmigrantes —"los recién llegados y los de segunda generación"— comparten una característica. "Son aspiracionales". Los candidatos conservadores, entonces, deberían promover "las políticas que premian a quienes tienen aspiraciones". Eso es lo que él hizo en Florida y el 60% de los hispanos demócratas apoyaron su reelección en 2002, dice. El número de votantes latinos está creciendo, destaca, y "están pasando a ser los votos que inclinan la balanza" en aquellos estados que no están alineados con un partido.

Un problema para los republicanos, prosigue, es que "el tono de nuestro mensaje es a veces uno de "nosotros" y "ellos". Al menos eso es lo que sale "magnificado por la prensa", y la política migratoria es el foco de atención. Es "una lástima", expresa, porque los republicanos y los inmigrantes tienen mucho en común. "Pero si manda la señal de que realmente no los queremos como parte de nuestro equipo, no se van a sumar", subraya.

Sin embargo, ¿podrían los nuevos inmigrantes ser naturalmente proclives a los demócratas, como lo fueron los que llegaron de Europa durante el siglo XX? Los demócratas prometen más derechos, y los inmigrantes tienden a ocupar los estratos económicos más bajos. Bush no podría estar más en desacuerdo. "Hay gente que cree en expandir el estado de bienestar a lo largo del espectro de razas, etnias y credos", manifiesta, pero ese no es valor común entre los hispanos. "Si usted tuviera que elegir los valores que serían más atesorados por un amplio número de votantes hispanos, el acceso a las oportunidades estaría por encima de las garantías de seguridad, particularmente entre los recién llegados, me refiero a los últimos 20 años", sostiene.

Su insistencia en comprometerse con los inmigrantes no es un llamado al multiculturalismo. Todo lo contrario. "La belleza de Estados Unidos, una de las cosas que nos separa del resto del mundo es esa capacidad de tomar gente de diferentes orígenes que creen en el ideal estadounidense", considera.

Con respecto a la asimilación, dice, los hispanos tienen mucho de lo que estar orgullosos. "Los hispanos de segunda generación se casan con no-hispanos a una tasa más alta que la segunda generación de irlandeses o italianos. La capacidad de hablar inglés de los hispanos de segunda generación es más elevada que la de grupos previos de inmigrantes", asegura.

El ex gobernador señala que la inmigración es, en esencia, un asunto económico. "Sostengo que si no encontramos una forma controlar nuestra frontera y avanzar hacia una política de inmigración mucho más provocativa y propia del siglo XXI, los problemas que enfrentamos se volverán increíblemente más difíciles porque no vamos a crecer", subraya. Viniendo de Bush, un hombre de modales suaves, interpreto que esto significa que el gobierno necesita ser más audaz, aunque no necesariamente más confrontacional, en su búsqueda de soluciones para los inmigrantes.

El país necesita "gente joven con energía y aspiraciones", dice. Sin ellos, podríamos acabar como la Vieja Europa: lo que debería ser un crecimiento anual del Producto Interno Bruto de 3,5% podría, en cambio, ser de 1,5%. Luego de 10 años esa caída equivaldría a una diferencia de US$3,8 billones (millones de millones) en actividad económica. "Entonces para mí, la inmigración es un tema de competitividad económica y la estamos perdiendo porque somos incompetentes en el gobierno", considera.

A Bush le gustaría ver un "programa muy agresivo de trabajadores temporales que se reduzca y expanda según la demanda". También quiere una expansión significativa del programa de visas H-1B, permitiendo a las empresas de alta tecnología y otros sectores contratar "a personas muy educadas y muy motivadas" de todo el mundo.

Para afrontar el problema de los indocumentados que ya están en el país, mientras tanto, Bush es partidario de las propuestas que reconocen el estado de derecho pero que también "les brinden una oportunidad de cambiar de status; si aprenden inglés, pagan una multa, aceptan un tiempo de espera y no tienen antecedentes criminales, un sistema así tiene sentido para sacar a la gente de las sombras". Hacia adelante, opina que es lógico sancionar a los empleadores porque el sistema E-verify –un sistema en línea del gobierno que permite a los empresarios chequear el status legal de quienes solicitan empleo- parece dar resultado.

El meollo del problema es la eficiencia del servicio de inmigración y aduanas (ICE). "Si tiene que lidiar con nuestros amigos en ICE, es como una novela de Kafka. Los documentos simplemente desaparecen", dice, basándose en su experiencia personal con votantes y parientes.

También vale la pena explorar la trayectoria en materia fiscal de Bush, así que le pregunto respecto a la importancia de que Florida no cobre un impuesto a la renta .La medida, afirma, ha sido "enormemente importante" para atraer a gente con aspiraciones económicas. Una clave es controlar el crecimiento del gasto. Cuando era gobernador, recuerda, hizo "una serie de cosas que institucionalizaron el gobierno limitado", incluyendo la creación de un fondo contra cíclico de reserva con mandato constitucional, el establecimiento de controles al gasto y límites al endeudamiento y la prohibición de medidas como contar con pensiones desfinanciadas.

Agrega que durante su gestión Florida era "el único estado que pasó de una doble A (en su calificación de riesgo crediticio) a una triple A", en parte debido a que las pensiones del estado estaban entre las mejor financiadas del país. "Entonces cuando los estados acuden a Washington con el sombrero en la mano" a pedir dinero, dice, "detestaría ver que los realmente borrachos reciban más bourbon mientras que los que han hecho lo correcto son castigados".

¿Deben los nuevos gobernadores republicanos adoptar reglas para hacer presupuestos contracíclicos y pensiones totalmente financiadas? Eso es demasiado tímido, dice Bush. "Argumentaría a favor de la eliminación del sistema de pensiones de beneficios definidos. Vayamos derecho al final de la conversación, hacia allí es que todo está yendo". Después "Encontremos una forma creativa de lidiar con los pasivos no financiados" señala. "Esto significa que usted debe enfrentarse a los sindicatos", asegura. Bush hizo notar que el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, hasta ahora ha "mostrado que uno se puede enfrentar a esos intereses y ser popular y mantener los esfuerzos para cambiar al estado".

Bush indica que aunque Florida gasta un poco menos que el promedio nacional en educación, ha tenido "los mayores avances en aprendizaje medidos por los puntajes de la prueba estandarizada National Assessment for Educational Progress". Los hispanos de Florida están a la vanguardia en cerrar la brecha de logros, insiste, y "a los hispanos de bajos ingresos ahora les va mejor que al promedio de los californianos en cuarto grado".

¿Cómo lo hizo Florida? "Una rendición de cuentas más severa, el más ambicioso programa para optar por escuelas del país y la eliminación de la promoción social para tercer grado. Un programa prometía que si una escuela lograba un grado insatisfactorio de los evaluadores en dos años sobre un total de cinco, los padres podían tomar lo que hubiesen pagado por la educación de su hijo y utilizarlo en una escuela privada. El programa duró más de cinco años antes que fuera declarado inconstitucional (sobre la base de que la constitución de Florida garantiza a los estudiantes escuelas públicas gratis). Pero "tuvo un impacto fuerte en la mejora del desempeño de las escuelas de bajo rendimiento debido a que la amenaza trajo muchos cambios", explica Bush.

Le pregunto si, tomando en cuenta el gran avance bipartidista en Florida, tiene algún consejo para el nuevo Congreso republicano. Comienza con esto: "Hay un equilibrio entre mantenerse firme en los principios y encontrar terreno común y necesitamos ambos: encontrar un terreno común no debería comprometer los principios".

Los miembros del Congreso pueden encontrar acuerdos en asuntos como el libre comercio, dice. "Por ejemplo, si el presidente está a favor del acuerdo de libre comercio con Corea del Sur pero no del pacto con Colombia, me parece que el presidente de la Cámara de Representantes (John) Boehner estaría absolutamente en lo correcto al decir 'estamos con usted señor presidente, pero los méritos sugieren que Colombia y Panamá deberían ser parte de esto'".

Bush agrega que es incorrecto oponerse a Obama en todo momento. "En las cosas grandes donde hay claras líneas divisorias relativas al tamaño y alcance del Estado, política impositiva, gastos, el medio ambiente y la agenda regulatoria, probablemente no se vaya a encontrar terreno común. Pero hay otros asuntos, como la educación, donde podría haber terreno común. Y, espero, la seguridad en la frontera", sostiene.

Los constantes enfrentamientos políticos son particularmente peligrosos, advierte, porque podría haber un shock sistémico en el futuro en el futuro cercano. Una posibilidad es que "uno de los estados no pueda afrontar los pagos de pensiones y sus problemas presupuestarios estructurales". Eso podría, a su vez, "cambiar la percepción que tiene la comunidad financiera internacional del riesgo soberano en Estados Unidos".

Aún así, los republicanos necesitan luchar por sus ideales, contra "la idea general de que usted puede resolver los problemas ordenando, regulando y cobrando impuestos" y a favor de "confiar en la interacción de las personas libres para buscar sus sueños". Cuando le pido detalles específicos, dice que la Cámara de Representantes debería aprobar un presupuesto "que sea realista, que haga retroceder el gasto discrecional como mínimo al nivel de 2008 y que comience el proceso de desafiar el tamaño general y el alcance del gobierno".

Luego apunta al control del Congreso sobre el proceso regulatorio. El Congreso abdicó de su derecho constitucional de supervisar "la ejecución de la ley por parte de la rama ejecutiva", dice. En cambio, se ha volcado a "simplemente reautorizar leyes sin analizar sus costos y beneficios", especialmente con respecto a la regulación ambiental. "Pienso que deberíamos iluminar cada ley y hacer una revisión de las reglas", opina.

El panorama de los candidatos republicanos me parece tan sombrío que no puedo evitar preguntarle si este no es su momento. "Este es mi momento", responde a mi poco precisa pregunta. "Me siento totalmente bendecido con la esposa que tengo y la vida que llevo. En los asuntos importantes, es mi momento", agrega.

Pero me estaba refiriendo a la carrera presidencial. "Sé que se refería a eso. Y no me voy a postular", dice, sonriendo. Pero quiere "jugar un papel" y piensa que está especialmente preparado para hacerlo porque no se está postulando. "Realmente puedo hablar de cosas que son controvertidas, que un candidato podría eludir, como la inmigración. Y mi opinión puede no estar dentro de la corriente principal de mi partido, pero eso no me preocupa en lo más mínimo".

O' Grady escribe la columna "Américas" en The Wall Street Journal.