En defensa del neoliberalismo


Lo que la educación necesita es competencia, no más dinero.
Unión Nacional de Contribuyentes "Atlas" 
http://www.unionatlas.org/

Cada vez que se habla del pésimo estado de la educación en México, la burocracia magisterial aprovecha la ocasión para lanzar su viejo sofisma: “NECESITAMOS MÁS DINERO”. Los rectores de universidades, directores de institutos, sindicatos del magisterio y hasta la ONU comparten ese reclamo equivocado. Los gobiernos demagogos e irresponsables aprovechan el reclamo para justificar el aumento de impuestos con tal de “cumplir” la recomendación de los organismo internacionales, sea UNESCO, u OCDE para aplicar el 8% del producto interno bruto. Lo cierto es que se aumentan los presupuestos a las escuelas y universidades y no mejoran incluso retroceden en los índices internacionales como la prueba PISA o ENLACE. ¿Por qué sucede esta ironía? Ahora lo explicaré.

El dinero se envía a la oferta educativa, es decir, a las escuelas y universidades públicas. Todas ellas conforman un monopolio del Estado donde se enseña lo que el gobierno dice. En otras palabras, estas escuelas no necesitan COMPETIR. Los dineros los tienen seguros, garantizados. Sus ingresos están desvinculados de la calidad o de la satisfacción al cliente. Es más, en la educación pública el estudiante no es cliente sino una especie de limosnero que ha de conformarse con la educación que de la institución, por muy mala que sea. Los padres de familia carecen de poder para castigar al oferente que proporcione un servicio malo. Por eso fracasa todo intento por mejorar la educación dando más recursos al menstruo burocrático.

¿Cuáles la solución? En lugar de inyectar más recursos, lo que se necesita es someter al sistema educativo a la competencia, hacer que cada escuela trate de ser mejor que las demás. Pero esto no se logra con discursos sino cambiando el sistema de financiamiento. El subsidio lo debe recibir el alumno para que él, con su propia mano, pague la colegiatura en la escuela que libremente elija. La escuela pública no debe recibir dinero del gobierno, sino que debe vivir de la colegiatura que paguen los clientes. El alumno o padre de familia se transforma así en cliente, es decir, en juez que puede premiar o castigar según si la escuela funciona bien o mal. Obsérvese que la educación sigue siendo gratuita, pues no le cuesta al estudiante. Pero con este simple cambio se obtienen resultados maravillosos. Por ejemplo, no se verán más huelgas, paros o violencia sindical; y los índices de eficiencia terminal se incrementan notablemente. Ya Milwaukee, Wisconsin, Suecia, España lo aplican.

En resumen, no se necesita más dinero, ni más impuestos, ni más burocracia educativa para mejorar la educación, lo que se necesita es competencia entre escuelas, libertad de elegir del educando y autonomía de cada institución educativa. Esto se logra introduciendo el sistema del BONO EDUCATIVO es decir, dirigir los subsidios a la demanda en lugar de a la oferta.


Lo que la educación necesita es competencia, no más dinero. (PDF)