En defensa del neoliberalismo

Editorial: México y López Obrador

El tiempo ha pasado y se hace obligatorio un análisis de las próximas elecciones en México. “Tanto el PRD como el PRI han impedido la modernización y el progreso de México. En la glacial lentitud del crecimiento mexicano, la derecha corrupta, proteccionista y antiamericana ha jugado un papel tan importante como la izquierda corrupta, proteccionista y antiamericana”. Así lo definía nuestro inolvidable Rivero Caro en una de sus sabias columnas.

Y es que se depositaron muchas esperanzas en el triunfo de Felipe Calderón. En un momento donde los dos candidatos de izquierda, Ollanta Humala y Juan Manuel López Obrador perdían sus respectivas contiendas. La izquierda latinoamericana, a la que luego se le sumaría otro fracaso en Honduras, parecía que perdía terreno en el campo de las ideas. Y a eso se le sumaba el triunfo de Ricardo Martinelli en Panamá y Sebastián  Piñera en Chile, reemplazando a dos presidentes de izquierda:
Michelle Bachelet y Martin Torrijos, respectivamente. Incluso, el espectro político de la región parecía reforzarse con la elección en Colombia de Juan Manuel Santos.

El pensamiento latinoamericano daba la impresión que alcanzaba la racionalidad política. Sin embargo, la idolología de la izquierda descansa, pero no duerme. Una nueva ofensiva ideológica invade el continente. Los candidatos de la izquierda volvieron a imponerse. En Brasil Dilma Rousseff elegida recientemente como presidenta, no es más que la representación pública de Luiz Inácio Lula da Silva y en Perú, el hasta ahora llamado nacionalista Ollanta Humala se hace de la presidencia. En Venezuela y Nicaragua todo indica que se mantendrá la formula Chávez-Ortega, mientras Cuba propone una apertura, con la intención de perpetuar una nueva nomenclatura en el poder.

Sin embargo, el teatro de operaciones no está completo, si no se incluyen los Estados Unidos. Hay que entender que los Estados Unidos representan la fortaleza de la cultura occidental y el paradigma de la Economía de Mercado. El capitalismo económico es la fuerza de su ideología. Esa es la que tienen en la mira los representantes del antiamericanismo internacional y doméstico. Y por eso es determinante que la presidencia norteamericana, en el próximo período, pase a manos de un auténtico norteamericano. Alguien que se preocupe por mantener los valores que han hecho de este país una gran nación.

Si Estados Unidos no asume su rol histórico, el movimiento “bolivariano” seguirá avanzando, México y Honduras serán su próximo objetivo. Fundamentalmente México, que está desarrollando un proceso de destrucción interno que propiciará - en una primera etapa - la llegada al poder de Juan Manuel López Obrador. Hay que acercar la línea de confrontación ideológica, y esa es la razón por lo que la frontera con México se ha hecho incontrolable.

Y no es que López Obrador, sea el ''mesías tropical'', como lo llama Enrique Krauze, sino que detrás de él hay toda una maquinaria de inteligencia, la misma que llevó a la presidencia a Evo Morales entre otros y recientemente a Ollanta Humala. Y no es por obra de la casualidad, sino que se preparan las condiciones. Felipe Calderón ha puesto su antiamericanismo enfermizo por encima de los verdaderos intereses de México y ha impedido la colaboración y participación de las autoridades norteamericanas en la lucha directa contra el narcotráfico y sus derivaciones.

No es que la izquierda sea mayoritaria en México, sino que los errores de una derecha paleolítica hacen posible que la población busque nuevos horizontes. Los mexicanos, tal vez muchos no se identifiquen con una corriente ideológica determinada, pero en estos momentos la gran mayoría aboga por una política de seguridad nacional más efectiva, y aunque Juan Manuel López Obrador no sea la solución, si parece ser la alternativa, y la está aprovechando muy bien.

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