Lo que aprendimos de la política económica de Reagan
En el período de diciembre de 1982 a Junio de 1990, la política
económica de Reagan —en inglés Reaganomics— creó más de 21 millones
de empleos. Las políticas apropiadas pueden conseguirlo de nuevo
Durante los 16 años anteriores a la presidencia de Ronald Reagan la
economía cayó en picada como resultado de la ignorancia bipartidista,
lo que se tradujo en aumentos de impuestos, devaluaciones del dólar,
control de precios y salarios, aumentos del salario mínimo, gastos
indebidos, sometimiento a los sindicatos, medidas proteccionistas y
otras políticas erróneas.
A finales de los años 70 y comienzos de los 80, los rendimientos de
los bonos a 10 años y la inflación eran de dos dígitos bajos. El
“índice de miseria”, esto es, la suma de la inflación de los precios
al consumidor más la tasa de desempleo, llegó a estar muy por encima
del 20%. El valor real del precio de las acciones S&P 500 declinó a
un ritmo del 6% anual desde principios de 1966 hasta agosto de 1982
Son traumáticos los recuerdos de quienes sufrieron el embargo
petrolero de los árabes y los aumentos de precios, seguidos de
controles de estos, racionamiento y largas filas en las gasolineras.,
mientras la parte de Estados Unidos en la producción mundial se
reducía año tras año.
Entonces llegó Reagan. Su primera ley fiscal fue promulgada en
agosto de 1981. Incluía un gran recorte de las tasas marginales del
impuesto sobre la renta que redujeron de un 70% a un 50% las tasas
superiores, y de un 14% a un 11% las inferiores. La votación de la
Cámara fue de 238 contra 195; 48 demócratas votaron con los
ganadores, y solo un republicano con los que perdieron. En el
Senado, la votación fue de 89 a 11, donde 37 demócratas votaron a
favor y un solo republicano lo hizo en contra. La Reaganomics entró
oficialmente en vigor..
El presidente Reagan no era el único que quería cambiar el programa
económico de Estados Unidos. El presidente de la Reserva Federal,
Paul Volcker, nombrado por Jimmy Carter, merece elogios por haber
reducido la inflación desde un 13.5% en 1981 hasta 3.2% en 1982
mediante una política monetaria restringida. Hubo otros héroes en
la brega por rebajar impuestos, como el senador republicano por
Wyoming Clifford Hansen y el representante republicano por Wisconsin
Bill Steiger, quienes fueron los principales promotores del recorte
de los impuestos sobre ganancias del capital en 1978.
La revolución de Reagan consiguió que Estados Unidos tuviera tasas
impositivas más bajas y planas, una moneda fuerte, un comercio más
libre y menos regulaciones. La clave de la Reaganomics fue cambiar
la actitud de las personas ante el trabajo, las inversiones y la
producción. Para lograrlo no sólo se redujeron considerablemente
las tasas fiscales, sino también, en 1985, se ajustaron en relación
con la inflación. La carga impositiva a los ingresos mayores (denominados
en inglés “no ganados”, como es el caso de los no resultantes de
salarios) disminuyó del 70% al 34%. La tasa del impuesto
corporativo, del 46%, se redujo también al 34%. Se eliminaron
tramos de impuestos, de manera que los contribuyentes no cruzaran
sus límites hasta que los ingresos fueran mucho mayores.
El cambio de las tasas fiscales modifica los comportamientos, lo que
a su vez afecta los ingresos del fisco. Reagan comprendió que la
rebaja de las tasas conducía a pérdidas de ingresos. Pero también
entendió que cuando se reducían esas tasas crecía el ingreso
gravable, tanto por un aumento de la producción como por el menor
uso de los paraísos fiscales y la reducción de los engaños al fisco.
Además, Reagan sabía por su experiencia personal en la industria del
cine que cuando sus ingresos llegaban al tramo impositivo superior
dejaba de hacer cine durante el resto del año. En otras palabras,
una tasa de impuestos más baja podía incrementar los ingresos. Y
así ocurrió con sus recortes fiscales. El 1% de los que tenían
mayores ingresos pagaron más impuestos en 1988 como proporción del
producto interno bruto con tasas impositivas menores que lo que
habían pagado en 1980 cuando las tasas fiscales eran más elevadas.
Para Reagan, lo que se ha denominado “Curva Laffer” (un concepto
surgido hace siglos que yo he estado utilizando sin el nombre en mis
clases en la Universidad de Chicago) era puro sentido común..
También en el primer año de Reagan se produjo una huelga ilegal de
los controladores federales del tráfico aéreo. Su respuesta:
cesantearlos y reemplazarlos con personal militar hasta conseguir
reemplazos permanentes. Debido al poder de los sindicatos en la
economía, fue esta una decisión valiente, sobre todo si se tiene en
cuenta el conocido hecho de que el sindicato de controladores aéreos,
Patco, había apoyado a Reagan en las elecciones presidenciales de
1980.
En el campo de las regulaciones, el número de páginas del Registro
Federal se redujo de 80,000 en 1980 a menos de 48,000 en 1986.
Debido a que durante los ocho años de Reagan en la presidencia no se
aumentó el salario mínimo, el impacto negativo de este factor fue
más leve.
Y, por supuesto, se eliminó el control de los mercados del petróleo.
Los precios controlados del combustible en las gasolineras se
eliminaron en enero de 1981, así como los controles de precios a los
productores nacionales de petróleo. Aumentó la producción nacional,
lo que hizo disminuir los precios. El impuesto del presidente
Carter a los beneficios considerados excesivos se suprimió en 1988.
¿Cuáles fueron los resultados de la era Reagan? Desde diciembre de
1982 hasta junio de 1990, la Reaganomicas creó más de 21 millones de
empleos, más de los que se crearon a partir de entonces. Se redujo
la membresía de los sindicatos y las horas-hombres perdidas como
consecuencia de las huelgas.
La bolsa de valores rompió sus registros. Desde julio de 1982 hasta
agosto del 2000, el índice del precio de las acciones S&P 500 creció
a un promedio anual de más del 12%. Los pasivos carentes de fondos
del sistema de seguridad social disminuyeron, en tanto que parte del
producto interno bruto, y el “índice de miseria” cayó por debajo del
10%.
Incluso Bill Clinton, sucesor demócrata de Reagan, siguió sus pasos.
Las negociaciones para lo que llegó a ser el Acuerdo de Libre
Comercio de América del Norte comenzaron en el segundo período
presidencial de Reagan, pero fue el presidente Clinton quien impulsó
su aprobación en el Congreso en 1993, pese a las objeciones de los
sindicatos y muchos personajes de su propio partido.
El presidente Clinton también firmó en 1997 la ley del mayor recorte
impositivo a las ganancias de capital en toda la historia de Estados
Unidos. Ello eliminó todo impuesto a las ganancias de capital que
gravaba las casas ocupadas por sus dueños. Clinton redujo en 3.5
puntos porcentuales la parte del gasto público en el producto
interno bruto, más que el conjunto de los siguientes presidentes.
Pero los presidentes George H.W. Bush y Bill Clinton se equivocaron
cuando permitieron el aumento de la tasa que gravaba los ingresos
personales: del 28% al 38.6%.
La verdadera lección que debemos aprender de la presidencia de
Reagan es que la buena Economía no es republicana ni demócrata, de
izquierda o de derecha, liberal o conservadora. Es simplemente
buena Economía. El presidente Barack Obama debía ser prudente y no
limitar su visión al buscar un solución factible a la tasa de
desempleo trágicamente alta de Estados Unidos.
Arthur B, Laffer es presidente de Laffer Associates y coautor del
libro “Return to Prosperity: How American Can Regain its Economic
Superpower Status” (Threshold, 2010)
Publicado en Opinion Journal del WSJ |