En defensa del neoliberalismo

La recuperación turística en México

El presidente Peña Nieto, en su recorrido por la frontera norte de México, destacó la caída de la actividad turística en esa zona y conminó a la Secretaria de Turismo, Claudia Ruiz Massieu, a desplegar una campaña agresiva para lograr la recuperación turística.

La Secretaria de Turismo del Gobierno mexicano, Claudia Ruiz Massieu, al cumplirse un año de gestión del presidente Peña Nieto, destacó que los principales indicadores del sector turístico muestran un crecimiento sostenido, y señaló que esa actividad se convirtió en un verdadero motor de desarrollo para el país.

La funcionaria indicó que el turismo representa casi el 9 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país, pero hay que considerar el volumen del (PIB) mexicano. Por algo México es uno de los pocos países de la región donde aumentó la pobreza del 36.3 % a 37.1 por ciento, según un informe de la  Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Por su parte, el periódico El Universal de México anotó que la causa por la que México es el único país de la región en que la pobreza aumentó es debido a su baja tasa de crecimiento económico.

“La meta es consolidar al turismo como un verdadero motor del desarrollo regional, por lo que el propósito es atraer más turistas internacionales”, enfatizó Ruiz Massieu, destacando que México es un destino turístico confiable, tanto para los inversionistas nacionales como extranjeros, y puso como ejemplo los más de ocho mil 600 millones de dólares que ejerce la industria turística nacional en diversos proyectos, en 17 estados de la República.

Sin embargo, si el riesgo es uno de los factores básicos a tener en cuentas para la inversión. Dentro de la categoría de la inversión confiable se incluye la seguridad ciudadana, algo que si está en tela de juicio, y muy dañada la imagen de México en ese sentido, a pesar del interés de las distintas administraciones de ocultar la magnitud del problema.

El turismo norteamericano es uno de los más apreciados por las naciones receptoras.  México recibió el año pasado más de 20 millones de turistas, de acuerdo con cifras del Gobierno norteamericano y de  ellos, un millón eran residentes  de los Estados Unidos. Teniendo en cuentas la extensión territorial de México, sus costumbres y tradiciones, su clima e importancia histórica, la cifra es baja en comparación con otras naciones de inferior potencialidad natural.

Sin embargo, el turista norteamericano es susceptible a la inseguridad. A pesar de que una gran parte de los que viajan a México desde los Estados Unidos, aun como ciudadanos, son mexicanos naturalizados, por lo que la cifra de norteamericanos autóctonos es mucho más baja, con respecto al millón señalado.

Aunque las autoridades mexicanas han tratado de ocultar la realidad de la violencia en México, los medios, aunque de forma aislada van aportando datos. Y esos datos llegan a la población e inciden en la decisión de elegir un destino turístico. Por eso la campaña de propaganda agresiva a la que hace alusión el presidente Peña Nieto  debe comenzar por reconocer la magnitud de la violencia y su disposición de asegurar la integridad de los visitantes.

Los estadounidenses saben que México es el país más peligroso para ellos. El 40% de los norteamericanos asesinados fuera de su país en la última década, perdieron la vida en territorio mexicano. Al menos 648 ciudadanos de Estados Unidos fueron asesinados en México entre octubre de 2002 y diciembre de 2012 --fecha del último dato disponible--, según un análisis de la AFP, a partir de datos del Departamento de Estado norteamericano, y reseñado por el portal de Internet Infobae, el pasado 18 de mayo del 2013.

Algo que exacerba la desconfianza de los estadounidenses para viajar México es la negativa de las autoridades mexicanas de permitir que las Agencias norteamericanas, como el FBI,  participen directamente en interacción con ellas en la lucha contra la impunidad, inclusive en esclarecimientos de desapariciones y asesinatos de norteamericanos.

El presidente de la organización "Familiares y Amigos de Personas Desaparecidas", Jaime Hervella, ya desde el 2009 señalaba la necesidad de que el FBI interviniera en la recolección de estos datos en territorio mexicano, donde ya habían  30 norteamericanos desaparecidos. Sin embargo esa cifra ha aumentado y aún no se tiene conocimientos públicos, de los que puedan haber aparecidos.

"Son casos que afectan directamente a ciudadanos norteamericanos, cuyos familiares visitaban o vivían en México y fueron "levantados" por comandos armados y desaparecieron de la faz de la tierra", indicaba a Efe, Hervella.

El cónsul de Estados Unidos en Nuevo Laredo, Donald Heflin, dijo que la sede diplomática a su cargo, en coordinación con el FBI y las autoridades judiciales de Tamaulipas, trabajan en la localización de al menos 60 norteamericanos que han desaparecido en Nuevo Laredo en los últimos 5 años. Sin embargo, tampoco de esa acción se ha tenido conocimiento de resultado alguno. Pero hace alrededor de un mes la Procuraduría de Nuevo Laredo le informó a la Cadena Univisión, que tenían registradas 30 desapariciones de norteamericanos.

El problema es que la situación sigue sin control, y para estos meses de fin de año, la situación empeora con el flujo de mexicanos que por las Navidades viajan a su país de origen, aunque ya sean ciudadanos norteamericanos. Roberto y Cecilia Muñoz, así como su nieto Armando Salinas, son tres ciudadanos norteamericanos que presuntamente desaparecieron en el estado de Chihuahua en diciembre del año pasado y todavía no hay reporte público de que han aparecidos.

El noreste de México se ha convertido en tumba de extranjeros. El 31 de enero de 2012  los hijos de John Frank y Wanda Casias encontraron a los dos misioneros norteamericanos asesinados en su domicilio. En 2010 otra pareja de misioneros fue ejecutada en la carretera que corre paralela a la frontera entre Tamaulipas y Texas. Los asesinatos obligaron a los religiosos de Estados Unidos "a reducir sus tareas o cancelar viajes". Incluso algunas iglesias evangélicas comenzaron a enviar a sus voluntarios a campos de entrenamiento en seguridad, contó a la agencia AP John David Smith, director de la Asociación Misionera Bautista.

Toda esta zona es a la que está llamando el presidente Peña Nieto a promocionar como un fantástico destino turístico. Y esta misma zona norte es la que está controlada por los carteles de la droga y del tráfico humano. La frontera norte es el hospedero natural los protagonistas del crimen organizado. Testimonios recientes de 28 personas, dicen haber sido secuestradas por integrantes de los Zetas cerca de Mexicali, pero corrieron con suerte que fueron liberadas después de haber permanecidos una semana en diferentes casas de seguridad y sus familiares pagar el rescate.

La inseguridad para los extranjeros en México llega al extremo, que la marcha de los familiares que vienen en busca de emigrantes centroamericanos desaparecidos en territorio mexicano ha tenido que variar su recorrido por temor a ser atacada por las bandas criminales, que operan con toda impunidad.

El pasado 2 de noviembre  la Secretaria de Turismo del Gobierno de la República Mexicana, Claudia Ruiz Massieu, y el embajador de Cuba en México, Dagoberto Rodríguez Barrera, firmaron un acuerdo en materia turística, a fin de ejecutar programas y proyectos de cooperación e intercambio para beneficio de sus respectivas instituciones turísticas, pero ninguno contempla la seguridad turística, que es en lo único que las autoridades cubanas pueden brindar una excelente cooperación, principalmente en la formación de una verdadera policía turística y asesoramiento en los servicios de inteligencia, ya que por ser Cuba un estado policiaco, tiene sobradas experiencias en el giro.

La primero que hay que resolver en México es la seguridad ciudadana, salir de la condición de Estado fallido y dejar que las instituciones trabajen, que la recuperación turística viene por si sola.

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