En defensa del neoliberalismo
 


Comentario Especial
 

 

En neoliberalismo quisiéramos definir algunas cosas, ahora que ha pasado un poco la euforia sobre la inmigración. Un proyecto de ley con el apoyo del presidente, de una poderosa coalición bipartidista en el Congreso y de la mayoría de los medios de comunicación fracasó estrepitosamente en el Senado. ¿Cómo es posible? No es ningún misterio. La medida era extremadamente impopular y los senadores no se atrevieron a desafiar la cólera de sus electores. Decir que se trata de un sentimiento anti-inmigrante es, simplemente, una calumnia.  El pueblo americano no tiene nada en contra de la inmigración, de hecho es el país que más inmigrantes acepta en el mundo. El rechazo viene por otra parte. En primer lugar, la cultura americana es extremadamente respetuosa de la ley.  A los americanos les ofende una amnistía para más del diez millones de personas que han violado la ley.

En segundo lugar, ¿quieren realmente estas personas convertirse en americanos? ¿O simplemente quieren aprovechar todas las ventajas materiales de ser un ciudadano americano pero manteniendo su nacionalidad original y reafirmando su hostilidad hacia un país con el que (particularmente los mexicanos) tienen viejos resentimientos históricos? ¿Acaso es mentira? ¿Cuál es la posición de La Raza y de los centros de estudio chicanos?

¿Qué país del mundo quiere darles la ciudadanía a personas que no aman el país, que no quieren integrarse a él, y que ni siquiera quieren molestarse en aprender su idioma?  Muchos intelectuales están diciendo que pedirles aprender inglés es una demostración de que el país es racista y xenófobo. Y uno se pregunta ¿cuál sería la reacción de los argentinos si algunos inmigrantes exigieran que todos los documentos legales tuvieran que estar en italiano? ¿O a que a los mexicanos se les pretendiera exigir traducir documentos legales al inglés?

El pueblo americano no tiene ninguna simpatía con nada de esto. Los políticos americanos son otra cosa. Ellos quieren los votos de los hispanos y han pretendido comprometer al pueblo americano con una ley que éste detestas. Es un círculo vicioso porque mientras más electores hispanos hayan, más van a tratar de complacerlos.

Lo que el pueblo americano quiere es que el gobierno detenga la inmigración ilegal. Y si el gobierno no puede, que lo diga.  Después veremos.