En defensa del neoliberalismo

 

El hombre que no puede tener razón

 

Rich Lowry

En ocasiones, una figura política se convierte en una persona tan odiada, que no puede hacer nada bien a los ojos de sus enemigos. El presidente Bush ha alcanzado este raro y exaltado estatus. Sus críticos están tan cegados por el odio que ha dejado de interesarles la coherencia interna de sus ataques. Para ellos, Bush es el presidente que no puede tener razón.

Si Bush balbucea, es un idiota que no sabe expresarse. Si consigue rebajar impuestos o emprender una guerra en contra de Saddam Hussein con apoyo bipartidista, es un genio manipulador. Si no ha podido capturar a Osama bin Laden, está poniendo en peligro la seguridad de los EE.UU. Si atrapa a bin Laden, sólo sera una burda maniobra para influir las elecciones.

Si ignora a las resoluciones de la ONU, es un peligroso unilateralista. Si toma las resoluciones de la ONU contra Irak en serio, es un peligroso unilateralista. Si no consigue que Francia apoye su política de Irak, está ignorando a importantes actores internacionales. Si apoya conversaciones multilaterales sobre Corea del Norte, no está enfrentando a un peligroso enemigo con suficiente energía.

Si bombardea a Irak, hubiera debido bombardear Irán, y si  hubiera bombardeado Irán, hubiera debido bombardear a Arabia Saudita, y si hubiera bombardeado a los tres, entonces no debiera de haber bombardeado a ninguno. Si impone una ocupación estadounidense en Irak, está fomentando la resistencia iraquí al hacer parecer a los Estados Unidos como una potencia imperial. Si termina la ocupación estadounidense, está huyendo.

Si advierte sobre un ataque terrorista, está utilizando políticas alarmistas. Si no advierte sobre un ataque terrorista, está peligrosamente inconciente de los peligros. Si dice que estamos seguros, está mintiendo, y si dice que no estamos seguros, está admitiendo implícitamente que ha fallado en su deber principal como Comandante en Jefe.

Si adopta una doctrina de ataques preventivos, está rehaciendo, de manera irresponsable, la política de seguridad nacional americana. Si  Estados Unidos sufre un ataque terrorista bajo su administración, hubiera debido prevenirlo. Si firma una ley anti-terrorista con amplios poderes, está socavando las libertades civiles. Si Estados Unidos sufre otro ataque bajo su administración, hubiera debido debido tener una ley anti-terrorista más rigorosa.

La situación económica es un desastre. Bajo Bush, la economía no ha creado nuevos empleos. Y si los ha creado, no son bien remunerados. Y si son bien remunerados, todavía hay mucha desigualdad de ingresos en el país.

Si Bush se opone a dar beneficios de medicinas por receta a los ancianos, es un miserable. Si apoya esos beneficios, solo lo hace para enriquecer a las compañías farmacéuticas. Si reduce el gasto gubernamental, no tiene corazón. Si apoya incrementar el gasto gubernamental, está llevando el país a la bancarrota.

Si se opone a la reforma del financiamiento de las campañas políticas, es un instrumento de las corporaciones. Si firma la reforma, está destruyendo los derechos de la Primera Enmienda.

Si acusa a John Kerry de vacilante, simplemente está resaltando uno de los puntos fuertes del senador por Massachusetts: su capacidad para ver las distintas facetas de un problema. Si se demora en testificar ante la comisión del 9/11, demuestra su temor a la verdad. Si no admite un error, no está cooperando y está aislado de la realidad. Si admite un error, está culpando a su propio gobierno de una manera inapelable.

Si se queda con Dick Cheney, está haciendo campaña con un vicepresidente impopular y dándole  a los demócratas una ventaja política. Si saca a Cheney de la boleta, está admitiendo que los ataques de los demócratas eran certeros, dándoles una ventaja política.

Si pierde las elecciones en noviembre, la voz del pueblo americano ha hablado, y ha sido un devastador veredicto sobre su presidencia. Y si gana, se robó las elecciones.

Traducción Alfonso Colombano.