¿Petróleo en Honduras?
Virginia Contreras*
Sumario: La situación política de Honduras, a raíz de la salida
del Presidente Manuel Zelaya de la presidencia de la República, es
de una profunda volatilidad. Estando a dos meses para realizarse las
elecciones presidenciales, y después de que el gobierno interino de
ese país hubiera sorteado toda clase de obstáculos, entre ellos la
suspensión del estado, del sistema interamericano por parte de la
Organización de los Estados Americanos (OEA), persiste la
intranquilidad.
A medida que se acerca el 28 de Noviembre, oportunidad fijada por
las autoridades electorales hondureñas para el proceso eleccionario,
la paz y libertad necesarias para la realización del mismo, se ven
amenazadas. La razón es obvia: si consideramos que el presidente
depuesto persiste en su
intención de recuperar el poder (para cuyo efecto se ha trasladado
subrepticiamente hasta la embajada de Brasil en la capital hondureña),
es lógico concluir que su único objetivo está dirigido a impedir por
cualquier medio las elecciones. Con elecciones realizadas, y con el
transcurrir irremediable del tiempo, las aspiraciones del Presidente
Zelaya se habrán evaporado.
Muchas son las teorías que se tejen a raíz del ingreso del Sr.
Zelaya a Honduras; particularmente porque ha debido contar con la
colaboración de algún jefe de estado para poder cruzar la frontera.
Adicionalmente, éste ha contado con el apoyo del gobierno del Brasil,
el cual le ha facilitado cobijo y le ha permitido realizar todo tipo
de proselitismo a fin de convocar a sus seguidores a diversas
actividades políticas. No estamos interesados en conocer las
aventuras del depuesto presidente en su travesía fronteriza, pero
evidentemente que existen muchas dudas respecto a los motivos por
los cuáles algunos gobiernos democráticos del continente decidieron
inmiscuirse en un asunto que le compete exclusivamente a Honduras.
Por tal razón hemos considerado de vital importancia el conocer qué
intereses, aparte de la relación de hermandad que pudiera existir
entre estos jefes de estado y el Presidente Zelaya, han podido
prevalecer para que países de reconocida disciplina diplomática,
como el caso del Brasil, hayan decidido echar al traste el respeto
que su imagen internacional había acumulado durante décadas, en
beneficio de tan peculiar personaje.
Entre Zelaya y Micheletti
Podríamos tratar de explicar, con elementos más que justificados,
las razones por las cuáles la situación de Honduras pareciera
haberse estancado. Una de las causas puede atribuirse a la falta de
previsión de parte de quienes posteriormente se convertirían en las
autoridades del gobierno de ese país, frente al caos creado a raíz
de la salida de Zelaya de Honduras. El caso es que si analizamos las
declaraciones de los representantes de la comunidad internacional,
tales como jefes de estado, miembros de organismos internacionales,
diplomáticos y medios de comunicación, concluiremos que todavía como
que no se tiene muy clara la razón de la crisis. Esa lucha entre la
defensa de la democracia hondureña, encarnada por las actuales
autoridades de ese país, versus el intento de perpetuarse en el
poder, de parte de Manuel Zelaya, pareciera haberse diluido en la
mente de muchos ciudadanos. Un ejemplo elemental lo apreciamos al
escuchar los calificativos que infinidad de personas, y medios de
comunicación, continuamente realizan respecto al actual gobierno
hondureño y a su presidente interino, en los cuales les adjudican
los términos de, "presidente de facto" o "gobierno golpista".
Esta confusión que persiste respecto a la situación de ese país, no
sólo obedece a la falta de claridad de los hechos vinculados a la
salida de Zelaya del poder. La razón fundamental de la duda, por lo
menos en los actuales momentos, responde al exceso de protagonismo
que han venido
desarrollando, tanto Manuel Zelaya, como el actual Presidente,
Roberto Micheletti. Estos, en vez de permitir decantar la situación,
han convertido la discusión en un ring de boxeo político, compuesto
de dimes y diretes, marchas y contramarchas; de tal forma, que ambos
personajes han venido
erosionando su posición. Mientras esta situación persista, mucho
más difícil será resolver la crisis política.
¿Qué está pasando?
Bajo el asombro de todos, el pasado 21 de septiembre, después de
algunas tentativas para ingresar a territorio hondureño, el Sr.
Zelaya regresó a su país. A pesar de que las primeras noticias
anunciaban el traslado de ex Presidente Zelaya a las oficinas de las
Naciones Unidas en Tegucigalpa, éste
decidió alojarse en la embajada del Brasil. A partir de ese momento,
hasta el sol de hoy, permanece Manuel Zelaya, presidente depuesto de
Honduras, en dicha sede diplomática. Allí vive. Allí despacha, allí
emite declaraciones políticas y convoca a sus seguidores a todo tipo
de actividades; y todo esto
bajo el amparo de una nación extranjera. Por su parte, los
seguidores del presidente depuesto, según lo destacan los medios de
comunicación, se han encargado de todo tipo de destrozos a
establecimientos comerciales, saqueos, agresiones a la población, y
en general daños a la propiedad privada y amenazas a la vida de los
ciudadanos.
Como consecuencia de tales hechos, el gobierno hondureño ha
decretado en diversas oportunidades el toque de queda a fin de
limitar los momentos de las manifestaciones públicas, así dichas
agresiones. De igual forma, en fecha 26 de septiembre, el presidente
interino ordenó la publicación de un Decreto de Suspensión de
Garantías Constitucionales por el lapso de 45 días, así como el
cierre de dos medios de comunicación, aparentemente vinculados con
las convocatorias que ha venido ejerciendo el Sr. Zelaya. Estas
medidas, como era de esperarse, han recibido el rechazo de
importantes sectores de la comunidad nacional e internacional; a tal
punto que el mismo presidente interino ha manifestado su intención
de revocarlas.
¿Qué han hecho algunos gobiernos frente a la situación política de
Honduras?
Frente a la crisis hondureña han participado de manera muy
particular algunos gobiernos del continente americano a favor del
presidente depuesto. Uno de los primeros en apoyar irrestrictamente
al mandatario Zelaya fue el Presidente venezolano Hugo Chávez, quien
además de convocar a los países del "ALBA", así como de solicitar la
intervención de la OEA (e incluso hasta de requerir la intervención
del gobierno norteamericano), amenazó con restituir por la fuerza a
Zelaya en el poder.
Nicaragua ha sido otro estado cuyo gobierno facilitó su territorio
para que el saliente presidente intentara ingresar a su patria por
una de sus fronteras. Curiosamente el canciller de ese país hace
algunos días denunció ante la Asamblea General de las Naciones
Unidas, "la existencia de un plan orquestado por el Presidente
Micheletti para asesinar a Zelaya dentro de la sede diplomática del
Brasil".
El gobierno de los Estados Unidos también ha intervenido en esta
lamentable situación, hecho que no ha sido del todo bien visto por
la población norteamericana. Esta ha apreciado las discrepancias
políticas que se han creado dentro de las distintas instituciones
del estado sobre el tema de Honduras.
Ante las declaraciones del presidente Barack Obama a favor de la
restauración en la presidencia del Sr. Zelaya, sin que hubiera
realizado ninguna mención a la violación a la Constitución hondureña
por parte de éste, los analistas han evaluado diversas hipótesis
para tratar de entender la conducta del jefe de estado
estadounidense. Hay quien le atribuye este error de criterio del
Presidente Obama a la ascendencia que poco a poco ha venido
adquiriendo en la Casa Blanca el abogado Gregory Craig, quien se ha
convertido en uno de sus asesores más influyentes, y quien fuera
conocido en el mundo político por su participación en defensa de los
intereses del dictador Fidel Castro, y del padre del niño Elián
González, aquel pequeño balsero cubano cuya permanencia en los
Estados Unidos fuera disputada durante la presidencia de Bill
Clinton. Otros justifican su conducta debido a la influencia de otro
de sus más cercanos asesores, Daniel Restrepo, miembro del Consejo
de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, y cuyos consejos han sido
vitales para que el Presidente Obama sugiriera la apertura del
gobierno estadounidense ante el gobierno cubano, así como ordenara
el cierre de la prisión de Guantánamo.
Pero la molestia ante la actitud del presidente norteamericano ha
llegado a otras instituciones del estado. Tanto es así, que la
postulación que el Presidente Obama hiciera del Sr. Arturo
Valenzuela, como Sub
Secretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, y de
Tom Shannon, como Embajador de los Estados Unidos ante la República
Federativa del Brasil, ha sido retrasada por solicitud del Senador
conservador Jim DeMint, quien invocó su derecho a pedir a la
Comisión de Relaciones Exteriores del Senado que pospusiera la
votación para confirmar a los candidatos nominados. De igual forma
resulta patente la molestia por la política norteamericana frente al
caso hondureño, cuando este mismo senador, acompañado de otros 16
más, se ha dirigido a la secretaria de estado, solicitándole un
cambio de posición en el caso de Honduras. Por si esto fuera poco el
Embajador Alterno de los Estados Unidos ante la Organización de los
Estados Americanos, Lewis Amselem, en la sesión del Consejo
Permanente del organismo multilateral, el 28 de septiembre, ante el
asombro de todos, afirmó que, "Zelaya tiene que portarse como un
líder y enviar mensajes claros que expresen puntos de vista de
manera pacífica, tiene que dejar de hacer acusaciones y de actuar
como si fuese una estrella de cine". Estas afirmaciones,
coincidentes con la evidente omisión por parte del Presidente Obama,
y la secretaria de estado, de seguir calificando (como inicialmente
lo hicieron), como "golpe de estado" a los sucesos hondureños, dan
mucho qué pensar en relación a la confusión que existe dentro de
dicho gobierno frente a Honduras. Pero así como demuestra la duda
que existe en relación con el mismo, igualmente abre la esperanza
del reconocimiento de las elecciones presidenciales hondureñas,
inicialmente negado por el país del norte.
Hay muchos otros gobiernos que han manifestado su apoyo al
Presidente Zelaya. Podríamos mencionar al caso del Presidente Felipe
Calderón, de Méjico. Éste al parecer no obtuvo muy buenos réditos
con sus atenciones para con el presidente depuesto. En efecto,
habiendo transcurrido si acaso 24 horas de su llegada al país, ya el
defenestrado presidente había hecho de las suyas, al emitir
declaraciones frente a grupos opositores de su anfitrión, en
detrimento de éste. Como fuera del conocimiento público, esta
circunstancia obligó a las autoridades mejicanas a invitar al
huésped de honor a abandonar prontamente territorio mejicano.
El jefe de gobierno español ha sido otro de los que ha manifestado
su apoyo irrestricto, como lo reiteró el Sr. Rodríguez Zapatero en
la recién Asamblea General de las Naciones Unidas. Allí,
curiosamente declaró el gobernante español, que, "ya basta de golpes
de estado antidemocráticos". Contrariamente a sus intereses de
demostrar su talante democrático, este hecho fue comentado en las
instancias internacionales como un reconocimiento a la realización
de "golpes de estado democráticos".En fin, que si por el apoyo al
presidente depuesto fuera, seguramente que ya Manuel Zelaya
estuviera en el poder.
El caso de Brasil
La situación del Brasil amerita una consideración especial. La
República Federativa del Brasil ha sido reconocida en el mundo como
la escuela de la diplomacia. De allí que cuando de violaciones al
principio de la soberanía de los estados se trata, se contraponga
dicha circunstancia a la conocida escuela de la diplomacia de "Itamaraty".
No en vano uno de los grandes juristas brasileño, Ruy Barbosa,
durante la Conferencia de La Haya, en 1907, manifestó de manera
contundente los valores emanados del primer país de la América del
Sur al afirmar, "la soberanía es la muralla de la patria".El hecho
es que hace aproximadamente una semana el presidente depuesto hizo
acto de presencia en la embajada del Brasil, en la capital hondureña.
Para dar una idea de la inclinación del gobierno brasileño,
recordaremos las palabras del presidente de Brasil, Luis Inácio Lula
Da Silva, quien encontrándose en Nueva York para participar en la
Asamblea General de las Naciones Unidas, durante un discurso
transmitido por el canal de noticias de Brasil Globo News, se
refirió a la situación de Honduras, declarando que "No podemos
aceptar más un golpe militar", y agregando, "No cabe entregar a
Zelaya. No tenemos el derecho de aceptar que alguien se crea con
derecho para sacar de su cargo a una persona elegida
democráticamente".
La actitud asumida por el gobierno del Brasil ha causado alarma en
importantes sectores del mundo político de dicho país, así como de
la comunidad internacional. Representantes de los más importantes
partidos políticos brasileños solicitaron a su mandatario que
explicara las condiciones en las cuáles se encontraba el Sr. Zelaya
dentro de la sede diplomática. Esto en vista de que hasta el momento
el gobierno del Brasil se ha negado a aclarar, tal y como le ha sido
exigido por las autoridades hondureñas, el verdadero estatus de
Manuel Zelaya dentro de su territorio.
Algunos analistas políticos han atribuido la molestia causada en un
importante sector de la sociedad brasileña al hecho que, con la
posición adoptada por dicho gobierno, esa imagen de respetuosos
inquebrantables del principio de no injerencia en los asuntos
internos de los estados, costará mucho tiempo para restablecerse. De
allí que el propio Congreso del Brasil, en boca del Presidente de la
Comisión de Relaciones Exteriores y Defensa, Eduardo Azevedo, haya
exigido la presencia del Canciller Celso Amorín, a fin de que
explique las razones por las cuales el gobierno del Brasil ha
colocado en una posición tan delicada a su país, circunstancia, que
a su juicio, podría conllevar a "un conflicto internacional". De
igual forma el Presidente del Partido Popular Socialista del Brasil
declaró que, "Como no se trata de un asilo, lo que parece haber
ocurrido es una participación de la diplomacia brasileña en una
acción clandestina y en una clara interferencia en asuntos internos
de otro país".
Algunos estudiosos se preguntan con ironía, qué respuesta podría
facilitar al mundo el conocido asesor especial del Presidente Lula
Da Silva,Marco Aurelio García, quien el 14 de Junio de este año,
reafirmaba de manera contundente ante el diario O Estado, de Sao
Paulo, ''Brasil no tiene por qué estar dando certificados de buena
conducta o de mala conducta alrededor del mundo''. Estas mismas
personas consultadas manifiestan no sentir sorpresa por la conducta
asumida por dicho gobierno, al recordar cómo (por destacar un
ejemplo), en este año la actitud de Brasil ha sido tan benevolente
frente a temas sensibles, en materia de su política exterior, como
la defensa de los derechos humanos. Nos estamos refiriendo a las
resoluciones de las Naciones Unidas emanadas del Consejo de Derechos
Humanos, en donde Brasil se ha venido alineando con los intereses
de los países totalitarios.
Para muestra recuerdan cómo en el mes de febrero del año en curso,
mientras se revisaba la situación de los derechos humanos en Cuba,
Brasil tuvo la originalidad de declarar que, "celebraba la postura
constructiva de Cuba en el sistema de derechos humanos de las
Naciones Unidas". Un mes después, Brasil se abstuvo de votar en la
resolución para continuar el monitoreo de derechos humanos en Corea
del Norte, en donde de acuerdo con las Naciones Unidas se han venido
investigando denuncias sobre ejecuciones y la existencia de campos
de trabajo forzado. Igualmente en marzo Brasil evitó votar a fin de
detener la solicitud africana de intentar bloquear las
investigaciones de las Naciones Unidas sobre los atropellos del
gobierno de la República del Congo en contra de la población de ese
país. De igual manera en mayo, Brasil se abstuvo de votar la
resolución para frenar el monitoreo de violaciones contra los
derechos humanos en Sri Lanka, denunciadas como "crímenes de guerra"
por las Naciones Unidas.
De igual forma, y en absoluta contradicción con las palabras del
asesor García, y con su conducta actual, en septiembre del 2008, el
presidente Lula, al confirmar que ayudaría a Bolivia a desmantelar
grupos armados en el departamento de Pando, en la frontera brasileña,
declaraba que, "Si el embajador de Estados Unidos en La Paz, Philip
Goldberg, se inmiscuyó en asuntos internos, su par Evo Morales hizo
bien en expulsarlo. Ni pensar en una injerencia brasileña en
Bolivia, mucho menos con tropas". En un anticipo de la agencia de
noticias del Brasil, citado por Télam, de una entrevista que el
mandatario ofreció, agregó que, "tampoco es de hoy la famosa
interferencia de las embajadas estadounidenses en varios momentos de
la historia del continente americano".
Así las cosas, en la actualidad Manuel Zelaya se encuentra alojado
en la embajada del Brasil en la República de Honduras, resguardado
por aquel gobierno, bajo condiciones y características desconocidas
para el mundo. Todo esto además en flagrante violación a las normas
y tratados
internacionales, como la Convención de Viena Sobre Relaciones
Diplomáticas, de la cual Brasil es país signatario, las resoluciones
que sobre la materia han sido dictadas por organismos
internacionales como la Organización de las Naciones Unidas y la
Organización de los Estados Americanos, así como la legislación
interna de ese país, instrumentos todos éstos que contemplan la
prohibición expresa de intervenir en los asuntos internos de los
estados.
¿Honduras, la pobre?
Mucho se ha especulado respecto al porqué tantos gobiernos y
organizaciones internacionales del mundo parecieran haberse
encaprichado contra Honduras, al pretender sancionar a esta nación
por circunstancias similares por las cuales protegen a otros
gobiernos. El consenso pareciera adoptar la tesis de la poca
importancia de este país centroamericano, el cual lo ha colocado en
una situación de minusvalía frente a otros. De hecho nadie podría
imaginar una posición similar a la adoptada por el gobierno del
Brasil, si en vez de Honduras el país involucrado fuera Venezuela,
Colombia, Chile, o los Estados Unidos.
En los actuales momentos Honduras es considerada el tercer país más
pobre del continente, después de Haití y Nicaragua. Si a esto le
sumamos el efecto de la crisis económica mundial, la situación es
mucho menos alentadora. Según la Comisión Económica para América
Latina y el Caribe de la CEPAL, Honduras será uno de los países de
la región donde la contracción económica será más fuerte este año.
Según las proyecciones del organismo, el país asumirá una caída de
-2.5% en su Producto Interno Bruto, PIB.
No obstante las consideraciones anteriores, al parecer existe otra
posible y extraordinaria circunstancia que podría explicar qué
intereses estarían detrás de la actuación de ciertos gobiernos del
continente en relación con la situación política hondureña.
Señalan algunos expertos consultados, que una de las motivaciones a
esta conducta por parte de ciertos gobiernos, como los de Brasil y
Venezuela, podría estar vinculada al resultado de ciertos estudios
que, años atrás, expertos rusos habrían realizado en la plataforma
continental del Caribe hondureño, en donde hallaron indicios de la
existencia del tan codiciado petróleo. Tal y como fue confirmado por
el funcionario Renato Escanete, miembro de la comisión brasileña que
se trasladó a Honduras en su oportunidad, la compañía Petróleos de
Brasil (Petrobras) haría exploraciones en ese país, en base a un
convenio que el pasado año impulsaron autoridades de Brasilia que se
trasladaron a Tegucigalpa. Esa comisión la integraron igualmente los
ciudadanos brasileños, Mónaco de Carvao, asistente de la Dirección
Internacional, y Juan Mor, analista en oportunidades internacionales.
La información no quedó allí. Según el gerente general de
Abastecimiento de Petrobras, durante una visita realizada por el
Presidente Zelaya a Brasil, el presidente hondureño, al parecer
habría avanzado en un acuerdo de cooperación energética que daría
paso a las exploraciones.
Debemos aclarar que las investigaciones petroleras que dieron origen
a estas circunstancias datan del año 2005, durante la presidencia de
Ricardo Maduro, cuyo gobierno anunció en aquel momento que
presentaría las bases de licitación para la explotación de
yacimientos de petróleo en la costa atlántica hondureña. La
información fue suministrada entonces por quien ocupara el cargo de
ministra de Recursos Naturales y Ambiente, Patricia Panting. La
referida funcionaria confirmó ante los medios de comunicación en
aquella oportunidad que la zona donde inicialmente se harían las
exploraciones sería la línea marítima entre Tela y La Mosquitia, en
la costa atlántica.
Adicionalmente ya para el año 1999 una delegación de científicos
rusos del Instituto de Exploración de Reservas de Petróleo de Rusia
conformada por los geólogos Aleskesei E. Kontorovich, Michael D.
Belonin y Leonid F. Khilyuk había confirmado al gobierno hondureño
la existencia de un primer yacimiento petrolero en la costa
atlántica. Dichos expertos incluso indicaron la necesidad de una
inversión de unos 100 millones de dólares en las exploraciones,
particularmente en lo relativo a la perforación de pozos en la
plataforma continental. Indicaron igualmente que las pruebas
arrojaron
que el petróleo encontrado en Honduras carece de azufre y es más
liviano. De igual forma destacaron que, la existencia de petróleo en
el yacimiento podría ser de 3 billones de toneladas, lo que
indicaría que se podrían explotar unas 7 mil toneladas al año. Esta
información sería el complemento de las exploraciones que mucho
antes, para 1996, expertos del Instituto de Geofísica del Japón
iniciarían y que concluyeron en 1997, pero cuyos resultados no se
dieron a conocer. Así mismo, a finales de los años 80, la Fundación
Gunerman de Estados Unidos, y otro grupo de empresas japonesas,
hicieron investigaciones de búsqueda de petróleo en Honduras.
Los datos obtenidos en las investigaciones harían ver que
paralelamente a estas negociaciones que el depuesto presidente
estaría realizando con la empresa Petrobras y el gobierno del Brasil,
el Presidente Zelaya supuestamente adelantaba también conversaciones
con otras empresas explotadoras del crudo. Funcionarios
entrevistados señalan que para agosto del año pasado, Zelaya fue el
anfitrión de la II Cumbre Extraordinaria de jefes de Estado y de
Gobierno del "ALBA". En uno de los actos conexos con la Cumbre, los
asistentes firmaron un documento que correspondería a la "prospección
y producción petrolera en el Caribe hondureño". Estas operaciones
habrían sido asignadas por el Presidente Zelaya a una empresa
avalada por el "ALBA", llamada "Energía, Gas y Petróleo", la cual
se encargaría de efectuar los estudios correspondientes, y bajo la
coordinación del Estado hondureño, para desarrollar el plan de
producción y comercialización. El contenido del referido acuerdo
nunca fue informado públicamente, aún cuando empresarios y diputados
del Parlamento hondureño, opositores al gobierno, insistieron que
Zelaya diera a conocer su contenido. Pero las investigaciones sobre
estos interesantes hechos van más allá, en fecha 29 de marzo del
presente año, el diario la Prensa, en uno de sus espacios de "Negocios"
publicaba una información suministrada por el entonces Ministro de
Recursos Naturales y Ambiente, Tomás Vaquero, en donde manifestada
que "la empresa estatal Petróleos de Venezuela, PDVSA, estaba
interesada en explorar petróleo en Honduras".
Lo sorprendente de esta información suministrada no fue únicamente
el abrir una esperanza a un país que merecía una mejor fortuna, sino
descubrir en el mismo periódico, en la "sección 3.-", otra
información complementaria que demostraría hasta qué punto el
gobierno hondureño venía adelantando sus acciones. La referida
noticia correspondía parcialmente a la siguiente:
".Noruegos ya iniciaron exploración: Honduras firmó un convenio con
la Petroleum Geo Services, PGS, que realizará estudios en 10 mil
kilómetros de líneas sísmicas del mar territorial de Honduras, para
posteriores exploraciones de crudo durante los próximos diez años. A
finales de febrero pasado iniciaron las primeras exploraciones a
través de un barco equipado con sensores de búsqueda geológica (buque
Falcon Explorer). Al concluir el proceso, el Gobierno determinará a
qué empresa concederá derechos de explotación en caso de hallarse
petróleo en el subsuelo marino. PGS invertirá en la realización de
los estudios en Honduras alrededor de 23 millones de dólares, que
recuperará al vender los estudios a cualquiera de las firmas que
manifestaran interés de hacer exploraciones, indicó Vaquero. El
gerente de desarrollo de PGS, George Buzan, explicó que los análisis
se llevarían a cabo entre febrero y marzo próximos, y que su
duración (máxima legal) será de diez años".
Adicionalmente a las empresas petroleras mencionadas, la posibilidad
de explotar petróleo en un área como la señalada igualmente abrió el
apetito de las tradicionales compañías transnacionales de la talla
de "Chevron", "Exxon Mobil" y "Shell", e incluso una de ámbito local
("Dippsa"), aún cuando PDVSA,(amparada en el "ALBA") y Petrobras,
fueron las que al parecer mantuvieron el interés del entonces
Presidente Zelaya.
Lo antes expuesto no son sino pequeños detalles de lo que sería una
investigación mucho más profunda. Con ello hemos tratado de explicar
lo inexplicable; y es que resulta increíble que una pequeña nación,
como Honduras, haya sido objeto de violaciones descaradas a su
soberanía, sin que pareciera que hubiera interés alguno en
contribuir a la preservación de la democracia en ese país. El tiempo
ofrecerá respuestas que en este momento resulta inconveniente
adelantar; aún cuando providencialmente ya han venido apareciendo
retazos de la historia. Por lo menos así lo aseguran quienes se han
encargado de ordenar la documentación encontrada en la caja fuerte
del depuesto presidente, y en cuyo interior aparecería un voluminoso
documento, de aproximadamente 40 páginas, titulado "Petroleum Geo
Services, PGS. Preliminar Report" (Confidencial).
Conclusiones
No es fácil hacer conclusiones cuando los hechos aún están por
producirse. Quiéranlo reconocer o no, las elecciones presidenciales
del mes de noviembre en Honduras marcarán el final de un tiempo en
esa pequeña nación centroamericana. Manuel Zelaya lo sabe, como
igualmente lo saben los Presidentes Hugo Chávez y Lula Da Silva.
Es posible que las acciones ejecutadas por el actual gobierno de
Honduras no hayan sido perfectas en un cien por ciento. Nunca lo
son. Si los sucesos en Honduras se hubiesen manejado de una manera
irresponsable, a estas alturas probablemente se hubiera dado al
traste con la democracia de ese país. Afortunadamente esto no
ocurrió.
Las actitudes asumidas por algunos gobiernos, como el de los Estados
Unidos, no sólo no han contribuido a solucionar la crisis en
Honduras, sino que las han empeorado al intentar acorralar a las
autoridades de este país de una manera innecesaria e inhumana.
Lamentablemente el gobierno del norte, no sólo demostró un
desconocimiento asombroso de las realidades de los pueblos
latinoamericanos, sino una gran improvisación en su política
exterior (hecho que puede apreciarse no sólo frente a la América
Latina, sino en relación con casos sensibles como el del Medio
Oriente). Pero aún bajo esta lamentable premisa, el mundo pudo
apreciar un ejemplo digno de considerar; y es que si bien es cierto
que las autoridades gubernamentales de los Estados Unidos cometieron
errores, las instituciones del estado han podido reaccionar a fin de
impedir que tales errores fueran capaces de producir un daño
irreparable para la imagen de su nación.
Una de esas instituciones es el Congreso de los Estados Unidos.
Allí, nadando contra la corriente, se han producido acciones
concretas para frenar los efectos de la mala política del gobierno
en el caso de Honduras. Los ejemplos pudieron apreciarse en la
actitud asumida por aquellos senadores y
miembros de la cámara de representantes, que se han dirigido
repetidas veces, tanto al Presidente Obama, como a la secretaria de
estado, requiriendo una rectificación frente al caso hondureño.
Dichas acciones han sido complementadas con la negativa a aceptar la
postulación de dos importantes funcionarios al servicio de la
secretaría de estado. Esto último probablemente no haya servido
hasta el momento para modificar las medidas dictadas por el poder
ejecutivo, pero evidentemente han sido importantes como mecanismo de
presión. De igual forma algunos miembros del Congreso estadounidense
se han trasladado, y otros en los próximos días lo harán, hasta la
nación centroamericana a fin de constatar por sus propios medios la
realidad de ese país. Digno de comentar es la discusión que algunos
congresistas han propuesto a fin de lograr el reconocimiento de las
elecciones a efectuarse en Honduras, circunstancia que hasta el
presente ha
sido vetado por la Secretaria de Estado, Hillary Clinton.
De igual forma podemos hablar de otras naciones. Las acciones
tomadas por el gobierno del Brasil tomando partido por el Presidente
Zelaya, son un hecho, que más que dañar a la humilde Honduras, han
abochornado profundamente a la sociedad brasileña. Las consecuencias
para su imagen, su credibilidad, su respetabilidad, aún están por
verse; pero así como pudimos observar en el caso del Congreso
norteamericano, similar reacción se ha visto en el Congreso del
Brasil. De hecho la cámara del senado de ese país ha exigido de
manera contundente al jefe de estado, una explicación en relación
con el uso de su sede diplomática como comando de campaña del
depuesto presidente. Lo interesante del caso es que ha sido el
propio Parlamento quien ha calificado la actuación de su gobierno
como, "una inadmisible intromisión en los asuntos internos de los
estados".
Las relaciones internacionales entre estados se basan en una
política exterior centrada fundamentalmente en sus intereses, no en
sus amistades. Pero esas relaciones tienen como instrumento la
confianza y el respeto existente entre las distintas naciones del
mundo. De allí que esta situación que se ha creado a raíz de un
asunto meramente interno, como lo fue la salida de un jefe de estado,
por razones de inconstitucionalidad e ilegalidad, en donde se ha
involucrado una potencia suramericana, marcará una diferencia en la
manera como de ahora en adelante se manejarán esas relaciones.
En el caso de los Estados Unidos, su gobernante tendrá que aprender
que en la América Latina no basta ser simpático para ser respetado;
y que así como en su país existen valores como el de la democracia,
la justicia, la paz y la libertad, en Honduras también los hay.
En el del Brasil ahora su gobernante habrá entendido que no se puede
atropellar a un pueblo, por muy humilde que parezca, sin que esto no
traiga consecuencias; y que quien desea formar parte de un organismo
tan importante, como miembro permanente del Consejo de Seguridad de
las Naciones
Unidas, no solo debe quererlo, sino merecerlo.
En el caso de Venezuela, su gobernante una vez más tendrá que
comprender que por mucho petróleo que dicho estado posea, si este
recurso no viene acompañado de otros, intangibles, pero no menos
valiosos, como la moral y la ética internacional, tarde o temprano
llevará a esa nación al fracaso.
En relación con organismos como la Organización de los Estados
Americanos, la lección los ha golpeado en su propia casa; y es que
para que un funcionario de la talla del representante alterno de los
Estados Unidos ante la OEA, se haya atrevido a criticar, tanto al
presidente depuesto, como a la misma organización, es que
definitivamente la vergüenza ha debido hacer estragos en el
Departamento de Estado. Esto sin profundizar en el hecho de que
habiéndose adelantado a emitir opiniones el organismo hemisférico,
sancionando precipitadamente a un estado, sin agotar el diálogo
necesario entre las partes involucradas, dicha organización quedó
fuera del juego anticipadamente.
Hace unos días un grupo de empresarios, y representantes de éstos
ante el gobierno hondureño, presentaban una evaluación de las
pérdidas producidas con ocasión de esta infortunada situación. A
juicio de éstos, las mismas ascienden a un monto aproximado de
cuatrocientos cincuenta millones de dólares. Definitivamente que
ésta es una cantidad muy alta para un estado tan pobre, como
Honduras; pero cabría preguntarnos, ¿Cuánto pagarían algunos
pueblos, como el de Venezuela para recuperar su libertad?
* Ex Embajadora de Venezuela ante la Organización de los Estados
Americanos Octubre 2, 2009
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