En defensa del neoliberalismo

Un presidente novato

Thomas Sowell

Alguien dijo que, por cada novato que tienes en el equipo inicial en la Liga Nacional de Fútbol, perderás un juego. En algún lugar, en algún momento durante la temporada, el novato cometerá un error que te costará el juego.

Ahora tenemos un presidente novato de los Estados Unidos y, en el mundo peligroso en que vivimos, con naciones terroristas convirtiéndose en nucleares, un sólo error del novato puede ocasionar un desastre para esta generación y para generaciones por venir.
Barack Obama es un novato en un sentido que muy pocos otros presidentes en la historia de EE.UU lo han sido. No es sólo que nunca haya sido presidente antes. Es que nunca ha tenido ninguna posición, en ningún tipo de organización, donde haya sido personalmente responsable de los resultados.

Otros presidentes de primer término han sido gobernadores, generales, miembros de Gabinete, u otros en posiciones de responsabilidad personal. Algunos han sido senadores, como Barack Obama, pero usualmente por más tiempo que él, y no han gastado la mitad de sus pocos años en el Senado aspirando a presidente.

Y peor que cometer errores, es tener sicofantes diciéndote que lo estás haciendo bien, cuando no es el caso. Además de los usuales adláteres y suplicantes de favores presidenciales que tienen todos los presidentes, Barack Obama tiene unos medios de información que lo apoyan apasionadamente.

Lo animarán, no importa lo que haga (como no sea un asesinato de primer grado), lo excusarán. Inclusive Peggy Noonan, que escribía discursos para Reagan, , ha sido efusiva con el presidente Obama, y hasta el qisquilloso Bill O?Reilly se ha mostrado impresionado por él.

Ahora bien, no hay señas de que el presidente Obama haya impresionado a los rusos, a los iraníes, o z los norcoreanos, excepto por sus errores de novato -y esa es una forma peligrosa de impresionar a gente muy peligrosa.
¿Qué logró su apertura televisada a los iraníes, excepto reasegurarlos de que no haría lo más mínimo para impedirles conseguir una bomba nuclear? Es un error que pudiera tener largas consecuencias históricas.

Futuras generaciones que vivan a la sombra de la amenaza nuclear se preguntarán ¿en qué estábamos pensando, poniendo nuestras vidas -y la de ellos- en manos de un novato porque nos gustaban su estilo y simbolismo?

A nombre del "cambio", Barack Obama está siguiendo políticas tan antiguas que esta generación nunca había oído de ellas-ciertamente no en la mayoría de nuestras instituciones educacionales, donde la historia ha sido reemplazada por "estudios sociales", u otros cursos politicamente correctos.

¿Buscar arreglos con nuestros adversarios, a espaldas de nuestros aliados? Los franceses lo hicieron en Munich, allá por 1938. Echaron a Checoesloaquia a los lobos y, menos de dos años después, Hitler de todas formas se engulló a Francia.

Este año, el intento del presidente Obama de hacer un trato con los rusos por la puerta trasera, a espaldas de los países de la OTAN, no sólo fue rechazado sino que también fue hecho público por los rusos - una muestra de desprecio y una advertencia a nuestros aliados de que no depositen mucha confianza en Estados Unidos.

Barack Obama está siguiendo la vieja práctica de los izquierdistas de ser duros con nuestros aliados y débiles con nuestros enemigos. Uno de nuestros pocos aliados en el Medio Oriente, el Shah de Irán, era cabeza de turco para muchos en los medios informativos, que expresaban indignación ante su régimen- que ahora, retrospectivamente, parece casi benigno comparado con los fanáticos llenos de odio, y promotores del terrorismo internacional, que ahora gobiernan el país.

No importa lo mucho que Barack Obama haya expresado su apoyo a Israel, su primera llamada como presidente de Estados Unidos fue para Hamas, a la que dio cientos de millones de dólares, con los que puedan comprar numerosos cohetes para dispararlos contra Israel.

Nuestro más viejo y firme aliado, Gran Bretaña, fue visiblemente menospreciado por la pálida recepción que se le hizo al primer ministro Gordon Brown, comparado con la forma en que previos presidentes, durante las dos últimas generaciones, han recibido al Primer Ministro inglés. Que, casi al mismo tiempo, el presidente Obama devolviera un busto de Winston Churchill que la embajada británica le había regalado fue un error de novato, o un desdén adicional.

Con este novato podemos perder algunos juegos muy importantes.

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Thomas Sowell es un miembro distinguido de la Institución Hoover

Marzo, 2009

 

 

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