En defensa del neoliberalismo

 

En solidaridad con Israel

 

Adolfo Rivero


La prensa liberal americana afirma que la visita de Ariel Sharon a un lugar santo de los judíos en Jerusalén fue una "provocación" responsable del desencadenamiento de la violencia de las últimas semanas. La realidad, por supuesto, ha sido todo lo contrario. Al otro día de la visita, Arafat mandó suspender las clases en los territorios palestinos (para que los jóvenes estuvieran disponibles) y decretó una huelga general. La radio y la televisión empezaron a transmitir himnos de guerra. Y no hay que olvidar que la radio y la televisión palestinas están, y han estado transmitiendo permanentemente, mensajes de rabioso antisemitismo. Algo que la prensa liberal no menciona.

¿Por qué tanta "frustración'' palestina? Barak se retiró del Líbano. Durante la última y fallida reunión de Camp David, hizo concesiones más allá de lo que el consenso nacional estaba dispuesto a negociar. Ha cedido territorios que hacen tremendamente vulnerable a Israel. Llegó hasta a organizar y armar una policía palestina. Arafat, en cambio no ha hecho ninguna concesión. Desde el inicio mismo del llamado "proceso de paz" en Oslo, lo único que se le ha pedido es que detenga la violencia y el terrorismo. Vemos los resultados.

El gobierno Clinton-Gore tiene una grave responsabilidad en lo que está sucediendo. Lleva años presionando a los israelíes para que hagan concesiones. Prácticamente se ha inmiscuido en los asuntos internos de Israel al manifestar su hostilidad al Likud (calificado como partido de "extrema derecha") y su claro apoyo al Partido Laborista (el equivalente israelí del Partido Demócrata y de un partido socialdemócrata europeo). Como señalaba un editorial de The Wall Street Journal, Clinton-Gore se han rodeado de apaciguadores del Cercano Oriente, como S. Daniel Abraham, el multimillonario fundador de Slim-Fast, gran contribuyente del Partido Demócrata, que terminó en Israel hace tres semanas organizando un cena entre Barak y Arafat.

Recientemente, la ONU aprobó una condena a Israel por "uso excesivo de violencia" en los últimos acontecimientos. El gobierno Clinton-Gore pudo ejercer su veto, pero se abstuvo. ¿Por qué? Por temor a provocar ataques terroristas contra EU en la región, declararon varios altos funcionarios. El resultado fue el ataque terrorista contra el destructor Cole, que costó la vida de 15 marineros americanos.

Estamos comprobando, una vez más, que el gobierno Clinton-Gore no sabe tratar con los terroristas. No debe de extrañar a nadie. Son los apaciguadores de siempre, las viejas "palomas", implacables críticos de Ronald Reagan. Están dispuestos a bombardear Serbia, donde no hay intereses norteamericanos, pero los paraliza el temor a los terroristas musulmanes.

Clinton--Gore creen que la mejor forma de lidiar con la dictadura de Corea del Norte es tratar de sobornarla. Le regalan millones para que no fabrique armas atómicas, acaban de recibir a bombo y platillo a su representante en la Casa Blanca y Madeleine Albright, que consideraba suicida la política exterior de Reagan, piensa visitar Pyonyang. Sin duda participará en magníficos banquetes organizados por una dictadura cuya política ha condenado a morir de hambre a millones de personas en los últimos años. Creen que así se ganan la amistad de ese fantoche repugnante que es el hijo de Kim Il Sung.

Este es el gobierno que restableció plenas relaciones diplomáticas con la sangrienta dictadura de Vietnam del Norte, que mantiene a su pueblo en la miseria. Y que quisiera hacer lo mismo con la dictadura de Fidel Castro. No saben que con esa política sólo envalentonan a los terroristas, y crear las condiciones para futuras y mayores tragedias. No por gusto la prensa comunista china ha manifestado preocupación porque George W. Bush gane las elecciones y ha dicho que significaría un "regreso a la Guerra Fría". Prefieren a los demócratas en el poder.

Israel ha sido un baluarte pro-occidental en esa región durante toda la Guerra Fría. Y, por supuesto, ha sido considerado como un enemigo mortal de la Unión Soviética y de Fidel Castro. Tenemos que recordar que tanques cubanos combatieron contra el ejército israelí en las alturas de Golán. Y también tenemos que recordar la inolvidable carta abierta de un patriota judío, nuestro amigo Norman Braman, cuando el caso de Elián. Carta que se publicó en medio de la guerra santa de la prensa liberal americana contra la comunidad cubanoamericana. Se dice que algunos dirigentes comunitarios están pensando organizar alguna actividad de solidaridad con Israel. Una noticia de ese tipo pudiera tener repercusiones internacionales. Organizar cualquier demostración es difícil pero, aunque no sea posible hacerlo, nuestro lugar está junto a Israel. Ahora, en este momento tan amargo para ellos, cuando su misma existencia nacional está en peligro, cuando la prensa liberal los critica y pretende aislarlos, es cuando los cubanoamericanos tenemos que demostrar la más firme solidaridad con la comunidad judía. Es una cuestión de principios.